Condenan a Portillo a cinco años de cárcel

El expresidente de Guatemala, extraditado a EE. UU., admitió que recibió millonarios sobornos

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El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo y el juez Robert Patterson, representados en un dibujo, durante la audiencia en la Corte de Distrito de Nueva York, en EE. UU. foto edh / Reuters

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2014-05-22 9:00:00

ESTADOS UNIDOS. El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo fue condenado ayer a cinco años y 10 meses de prisión por aceptar sobornos, después que un juez federal rechazó la solicitud de indulgencia y dijo que la corrupción en el gobierno debe erradicarse en todo el mundo.

El exmandatario, de 62 años, reconoció en marzo que aceptó $2.5 millones en sobornos para mantener el reconocimiento diplomático a Taiwán, un hecho que debe ser “inadmisible para el gobierno de Guatemala y para los demás países que participan de la convención de las Naciones Unidas contra la corrupción”, indicó el juez federal de distrito Robert P. Patterson.

La desbocada corrupción política en algunos países debe ser mermada “porque corrompe el sistema político de esos países”, aseguró Patterson. “Hay demasiada corrupción”, agregó.

Portillo fue el presidente de Guatemala de 2000 a 2004. Fue extraditado a Estados Unidos hace un año y sigue detenido tras declararse culpable en marzo de un cargo de confabularse para lavar dinero.

Brian Su, subdirector general de la Oficina de Asuntos Económicos y Culturales de Taipei, dijo que Ma Ying-jeou, presidente de Taiwán desde 2008, “rechaza la diplomacia del dinero”.

David Rosenfield, el abogado de Portillo, había alegado que se debía permitir que el expresidente regresara al lado de su familia después de más de cuatro años de prisión, la mayoría de ellos en Guatemala. La Oficina Federal de Prisiones debe decidir cuánto del tiempo cumplido por Portillo en Guatemala cuenta para su sentencia.

Amigos y familiares de Portillo que se trasladaron a Estados Unidos desde Guatemala y México asistieron a la audiencia de sentencia, que duró más de cuatro horas, donde lo escucharon pedir disculpas por su delito.

“Siento un gran remordimiento y vergüenza no sólo por los delitos que cometí, sino también por las consecuencias para otras personas e instituciones”, enfatizó en español.

Y acotó: “No estoy tratando de justificar mi error o delito. Dios y la historia sabrán si fu un hombre bueno o malo durante el tiempo que he pasado en esta tierra”.

Cuando Portillo terminó su alocución, el fiscal federal adjunto Adam Fee lo calificó de un “discurso político”.

Anteriormente, Fee había calificado a Portillo un mal candidato a la misericordia del tribunal y dijo que era difícil exagerar la seriedad del delito porque fue perpetrado por Portillo cuando era presidente y que amenazó la integridad de bancos estadounidenses porque lavó el dinero a través de instituciones financieras norteamericanas.

“Lo hizo por avaricia”, aseguró Fee, agregando que usó los primeros 500,000 dólares que recibió de Taiwán para construir una mansión para reuniones y entretenimiento.—AGENCIAS.