Maduro cumple un año de mandato rodeado de protestas

El presidente venezolano no ha tenido tregua en los doce meses que lleva al frente del Ejecutivo. Tuvo que responder a los cuestionamientos sobre el resultado de los comicios presidenciales y a una situación económica complicada

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elsalvador.com

Por EFE

2014-04-18 11:30:00

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, cumple doce meses al frente de un Gobierno que comenzó entre protestas por su estrecho triunfo y que continúan por la situación económica del país.

Maduro comenzó su presidencia el 19 de abril de 2013, en un contexto político difícil tras la muerte de Hugo Chávez y entre denuncias opositoras de fraude, tras vencer por poco más de 200.000 votos a una coalición antichavista que hoy sigue protestando contra el Gobierno, aunque con ambos sentados en una mesa de diálogo que busca las soluciones que reclama el país.

El presidente venezolano no ha tenido tregua en los doce meses que lleva al frente del Ejecutivo. Tuvo que responder a los cuestionamientos sobre el resultado de los comicios presidenciales y a una situación económica más que complicada, con el crecimiento ralentizado, una inflación en el 56 % y un desabastecimiento que alcanza a más de la cuarta parte de los productos de consumo.

Maduro aseguraba esta semana que también la oposición debía hacer lectura de este tiempo y les recriminaba “el error” que cometieron hace un año al llamar “a descargar la violencia contra el pueblo”, en alusión a la frase del candidato opositor derrotado Henrique Capriles de llamar a descargar la “arrechera” (enfado) golpeando cacerolas.

“Un error caro, muy dañino y malévolo”, dijo Maduro.

Capriles reclamó insistentemente pero sin éxito una revisión de los cuadernos electorales entre impugnaciones que finalmente no prosperaron.

Tras la estrecha victoria en las presidenciales y con la economía dando evidentes signos de fatiga, la oposición planteó las municipales del 8 de diciembre en clave de plebiscito, y el chavismo arrasó quedándose con alrededor de un 72 % de las alcaldías del país.

La victoria chavista estuvo precedida de una controvertida pero popular campaña lanzada por Maduro contra los precios desbocados en los negocios de venta minorista, sobre todo en sectores como el de los electrodomésticos, interviniendo incluso militarmente una cadena para vender a “precios justos”.

Con acusaciones de “especulación y acaparamiento”, le siguieron entre otros, el calzado o la ropa en la llamada “ofensiva” contra una “guerra económica” que Maduro defiende que la empresa privada y la oposición, apoyada por factores extranjeros, mantienen en Venezuela con el objetivo de desestabilizar su gobierno.

La bajada drástica de precios dio un fuerte empujón a la popularidad del presidente y su gabinete.

“El presidente lo administró positivamente en el sentido que salió de esa victoria con bastantes convocatorias al diálogo”, dijo a Efe el analista político Clodovaldo Hernández.

En cambio, para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Carlos Romero este resultado no es atribuible a Maduro ya que, dijo a Efe, “fue un triunfo del partido oficialista (Partido Socialista) y hasta del mismo legado de Chávez”.

Fortalecido por el resultado, Maduro abrió las puertas del palacio presidencial a la oposición para los “Diálogos de paz”, convocados tras el asesinato de la modelo Mónica Spear, que conmocionó a Venezuela y le recordó los crónicos problemas de violencia existentes en su geografía.

Para el analista político Alberto Aranguibel el mayor triunfo de Maduro ha sido “haber logrado imponer el criterio de la paz”.

Pero los malos datos económicos de 2013 sumados a la inseguridad alentaron de nuevo las protestas de sectores estudiantiles, a los que se plegó un grupo de opositores con la postura radical de pedir pacíficamente en la calle, hasta que esta se produjera, “La Salida” del Gobierno de Maduro.

Las protestas se repitieron en todo el país así como los episodios de violencia que dejan un saldo parcial a día de hoy de 41 muertos y más de 650 heridos.

Esas protestas también dejaron otro dato, el del número de detenidos, entre ellos varios dirigentes opositores con Leopoldo López a la cabeza, a quien, asegura la oposición, se le acusó de cuatro delitos sin una sola prueba y por llamar a pedir la renuncia del Gobierno.

También fueron detenidos o procesados una veintena de funcionarios de cuerpos de seguridad por varios delitos.

Más allá de las acusaciones y recriminaciones mutuas, un año después, el Gobierno y la oposición dialogan sobre cómo salir de la crisis con los buenos oficios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Vaticano, y con la economía en el fondo como el principal caballo de batalla del Ejecutivo.