Juan XXIII, “el Papa Bueno” y del Concilio

Angelo Giuseppe Roncalli solo estuvo cinco años al Frente de la Santa Sede, pero es considerado un ejemplo de buen pastor, realizando obras de misericordia.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2014-04-19 12:00:00

Angelo Giuseppe Roncalli, conocido como Juan XXIII después de haber sido elegido como papa en 1958, nació el 25 de noviembre de 1881, en Sotto il Monte, Italia.

Era “hijo del viñador Roncalli”, y como descendiente de una familia campesina, profundamente católica, humilde y a la vez muy numerosa forjó una personalidad especial, con la que cautivó a sus feligreses y al mundo entero.

Sus amigos de infancia le llamaron “Angelito, el cura”, debido a que desde niño expreso sus deseos de dedicarse al sacerdocio.

De 1901 a 1905 fue alumno del Pontificio Seminario Romano, gracias a una beca de estudio de la diócesis de Bérgamo. Después de un año de servicio militar fue ordenado el 10 de agosto de 1904, oficiando su primera misa al día siguiente en la Basílica de San Pedro.

A principios de 1905, el Padre Roncalli vuelve a Bérgamo para trabajar al lado de su Obispo, Mons. Giacomo Tedeschi (1857-1914), quien lo nombró su secretario personal, cargo bajo el cual visitaba la Biblioteca Ambrosiana, cuando era prefecto de la misma el Padre Achille Ratti -futuro Pío XI-, con quien compartía un interés común por la figura del Santo Cardenal Carlos Borromeo.

Con el estallido de la primera guerra mundial, en 1914, se incorpora en Bérgamo al ejército, ofreciendo su servicio primero en la pastoral sanitaria, y a partir de 1916 como capellán militar.

A finales de 1918, el Padre Roncalli es nombrado director espiritual del Seminario de Bérgamo. Un año después, en enero de 1921 regresó a Roma a trabajar en la Congregación para la Propagación de la Fe. Allí es nombrado por Benedicto XV “Prelado Doméstico de Su Santidad”.

Después de visitar diferentes países por mandato del entonces papa Pío XI ayudó a la Santa Sede a entrar en contacto estrecho con la Iglesia Ortodoxa durante la Segunda Guerra Mundial, en donde logró que ambas iglesias ayudarán a la población.

En diciembre de 1944, el Papa Pío XII lo nombró Nuncio en París, a donde llega el 1 de enero de 1945 para desempeñar una gran labor diplomática durante ocho años.

En enero de 1953, con 71 es nombrado por el Papa Pío XII Cardenal y Patriarca de Venecia, una Diócesis pequeña pero muy importante. Dicho cargo le abrió una nueva etapa a su vida.

A sus 76 años, Angelo Giuseppe Roncalli fue elegido papa el 28 de octubre de 1958, para suceder a S.S. Pío XII. Él asumió el nombre de Apóstol Juan, el discípulo amado.

Su pontíficado duró menos de cinco años, pero asumió y dejó en el mundo una autentica imagen de buen pastor.

Manso y atento, emprendedor y valiente, simple y cordial, practicó cristianamente obras de misericordia corporales y espirituales, visitando a los presos y a los enfermos, recibiendo hombres de todas las naciones y creencias, y cultivando un extraordinario sentimiento de paternidad para con todos.

Su magisterio fue muy apreciado en todo el mundo, sobretodo con las Encíclicas “Paz en La Tierra” y “Madre y Maestra”.

Murió en Ciudad del Vaticano el 3 de junio de 1963, por cáncer de estómago que, según su secretario Loris Francesco Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962.

El papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado.—Vaticano/Agencias.