El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga cumplió este sábado con la promesa que le hizo a su compañero de pesca, Ezequiel Córdova, antes de que muriera en alta mar.
Alvarenga expresó en febrero pasado que su compañero de trabajo, de 17 años, murió semanas después, cuando ya no soportó comer pescado crudo.
Ambos pescadores fueron arrastrados por una corriente en noviembre de 2012 , después de salir a pescar tiburones en Chiapas, México. Trece meses después, sólo Alvarenga apareció en el atolón de las Islas Marshall, logrando sobrevivir a la travesía.
El sábado, acompañado con sus padres, el salvadoreño visitó a Roselia Rosas, madre de Ezequiel, en El Fortín de Pijijiapan, Chiapas, México.
El náufrago abrazó a la doliente y dio las condolencias por la muerte del joven pescador de 17 años.
“Me da mucho gusto verte, pero a la vez también me duele. Así hubiera querido ver a mi hijo caminando de regreso a casa”, expresó la señora entre llanto.
Alvarenga también regresó a la comunidad de Chocohuital, de donde partió en una lancha tiburonera el 17 de noviembre de 2012. Su traslado de El Fortín a Chocohuital lo hizo en lancha.
Saludó a sus amigos y fue recibido entre aplausos y abrazos.