COLOMBIA. El expresidente y senador electo, Álvaro Uribe Vélez, lamentó que las FARC, tengan capacidad de secuestrar, torturar y asesinar a los colombianos, “para luego reconocerlo como lo hicieron con dos policías en el departamento de Nariño”.
“La diferencia es que hace cuatro años el grupo terrorista de las FARC estaba bastante debilitado, hoy se sienten tan fuertes que secuestran, asesinan a los policías —son todos los agravantes— y en seguida bufones, salen a reconocerlo para darse méritos, y el Gobierno se los tolera”, declaró el Senador del Centro Democrático.
A través de un comunicado, las FARC reconocieron la tortura y el asesinato del mayor de la policía Germán Méndez y del patrullero Edílmer Muñoz, al decir que lo habían hecho por la persecución militar que se desplegó cuando se supo que los uniformados habían sido secuestrados.
En el documento, los terroristas también justifican la tortura, pues según ellos los guerrilleros tuvieron que emplear esos métodos para no hacer uso de las armas de fuego, lo cual los delataría sobre su ubicación.
Uribe también denunció el viernes que las FARC pretenden incorporar a la mesa de negociaciones con el régimen en Cuba al cabecilla terrorista Hernán Darío Velásquez para librarlo de un cerco militar.
Velásquez, conocido como el Paisa, es el jefe de la columna móvil Teófilo Forero, una de las más violentas y radicales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y considerada como unidad de elite de esa guerrilla, a la que se le atribuyen numerosos ataques a militares y civiles.
“Otra trampa del Gbno Santos: en lugar de poner preso al terrorista ‘el Paisa’ quieren sacarlo a Cuba”, escribió en su cuenta de Twitter Uribe (2002-2010), quien pasó de ser un aliado político del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a un fuerte crítico del Ejecutivo y del proceso de paz.
Según las autoridades, “el Paisa” dirigió tomas terroristas en las que decenas de policías y militares murieron y otros fueron secuestrados.
También se le responsabiliza de asesinatos, atentados y secuestros contra personalidades públicas y contra civiles y de ordenar la colocación, en 2003, de una bomba en el club El Nogal de Bogotá que dejó cerca de 40 muertos y más de 200 heridos, acción por la que fue condenado en ausencia a 40 años de cárcel.