“Nadie se va a desarmar” en Michoacán”, dice un jefe de las autodefensas

Rechazó que sus compañeros vayan a registrar las armas que utilizan

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elsalvador.com

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2014-02-04 7:00:00

MÉXICO. A casi una semana de que el gobierno federal comenzó la regularización de los grupos de autodefensa en Michoacán, uno de sus principales líderes, José Manuel Mireles, dijo que este acuerdo solo es “político” y una “burla” a las autoridades.

“Nadie se va a desarmar. De hecho el pacto es para que los que quieran seguir armados lo hagan ya legalmente mediante la estructura de defensas rurales”, dijo Mireles al diario español El País, en una entrevista publicada ayer, mientras se recupera de un accidente aéreo.

El doctor Mireles, como es identificado el médico originario de Tepalcatepec, agregó que el acuerdo para la institucionalización de los grupos de civiles armados “es político, no tiene nada que ver con la realidad”, pues las autodefensas han seguido actuando y tomando más localidades, como la de Los Reyes y Peribán, a pesar de haber garantizado al gobierno federal no seguir expandiéndose.

“De hecho es una burla de mis propios compañeros hacia el gobierno federal, ir a registrar una pistolita que no usan en las autodefensas. Están burlándose unos de otros. No hay algo realmente formal, todo es teatro. Imagínate, yo tengo todas mis armas registradas, pero son de cacería, deportivas”, dijo Mireles en la entrevista con El País.

Desde hace una semana, unos 230 integrantes de las autodefensas han acudido ante el Ejército para enlistarse en las guardias rurales de Michoacán y registrar las armas que poseen, según un reporte de CNN en Español.

El gobierno federal y líderes de las autodefensas acordaron ese mecanismo de registro para que las autodefensas obtengan un estatus legal tras un proceso de certificación policial, aunque Mireles dice que fue un pacto de coordinadores.

“De la gente de combate no estuvo nadie”, indicó. Al contrario, otros líderes como Estanislao Beltrán o Hipólito Mora expresaron la semana pasada su satisfacción por el avance del acuerdo.

Mireles reconoce que ha estado “desconectado” del movimiento civil armado desde que sufrió un accidente aéreo a principios de enero. En un video había pedido a las autodefensas de su estado que depusieran las armas, pero luego se desistió de sus declaraciones y les pidió mantener sus actividades.

Dijo a El País que este plan federal para la seguridad de Michoacán se adelantó.

“Las defensas rurales no tienen sueldo, es nomás para que les permitan traer sus armas en sus ranchos y cuiden su ganado y sus propiedades. Eso ya existe desde hace muchísimos años, no es nada nuevo. En lo personal no me gusta que la gente que está asignada por el gobierno federal en Michoacán utilice el movimiento social de forma mediática”, dijo Mireles en la entrevista.

“El Estado necesita toda la atención del gobierno federal para resolver la situación, pero no a través de estos teatritos. En Michoacán no necesitamos teatros para que se recupere la paz, necesitamos hechos reales”, agregó el líder de las autodefensas de Tepalcatepec.

Las autodefensas surgieron en Michoacán a principios de 2013, pero movimientos de civiles armados similares ya existían en Guerrero desde décadas atrás bajo la figura de las guardias comunitarias en zonas serranas que combaten a la delincuencia.

“Nuestra guerra no es contra el Estado mexicano, ni siquiera contra el estado de Michoacán. Lo único que buscamos es que se restablezca el estado de derecho para poder tener una vida en paz”.

La principal demanda de las autodefensas, dice Mireles, sigue siendo que las fuerzas federales que forman parte del operativo —Ejército y Policía Federal— detengan a los líderes del grupo criminal Los Caballeros Templarios, pero además exigen que sean presentados para despejar cualquier duda.

“Lo que nos queda es esperar que sí hagan su trabajo. Ya empezaron, ya anunciaron dos detenciones, pero todavía no hemos visto físicamente la captura del primero, El Toro. Él era jefe de plaza de Tepalcatepec, el principal violador. Violaba a cuatro o cinco mujeres de la misma casa y no había quien lo detuviera”, dijo a El País.