El País compara las barras bravas de Costa Rica con las maras

El diario detalla que estos grupo delinquen tal y como las pandillas Usan drogas, armas, tatuajes, roban y extorsionan, entre otras cosas

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elsalvador.com

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2014-02-26 7:00:00

COSTA RICA. El conflicto desatado por las barras bravas en los estadios de Costa Rica fue comparado con la inseguridad y la criminalidad que se vive en El Salvador, Guatemala y Honduras a manos de las maras, según el periódico español El País.

El rotativo recogió las opiniones de las autoridades del país y algunos testigos, quienes confirmaron que estos aficionados se comportan de manera similar a estos grupos.

“Ya tienen algunos rasgos (de las maras). Hay algunas semejanzas que podríamos decir que pretenden imitar. Me parece que podrían estar emulando, aunque el nivel de estructura (de las barras) todavía no llega al de las maras”, dijo Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública, al medio internacional.

Algunas de las características que describe el diario de estas barras son el uso de drogas, tatuajes discretos, robos, asaltos, extorsiones, amenazas, violencia con armas de fuego y puñales, pleitos callejeros, lealtad, lenguaje corporal y manual, cantos y estructura compartimentada por zonas con células dependientes de un mando superior y con un objetivo en común.

Las barras bravas de los principales equipos del país – como La Ultra del Deportivo Saprissa, la 12, de la Liga Deportiva Alajuelense y la Garra, del Club Sport Herediano – están en el centro de una tormenta.

La 12 protagonizó hace unos días un enfrentamiento en el Estadio Nacional costarricense que obligó a suspender un juego de la máxima categoría, mientras algunos de sus miembros asaltaban, robaban y agredían a espectadores en una jornada transmitida por televisión, en vivo, a todo el país. “Sí hay un mando centralizado”, confirmó el líder de La 12, en una conversación con El País.

“En la calle, estos grupos costarricenses actúan como delincuentes. Quieren someter a los choferes de autobuses, a las personas en un comercio, a un transeúnte o un peatón. No hay una razón de peso que los ligue, más que la excusa del color de un club de fútbol. Hay que analizar si el día de mañana pasan de ser simplemente seguidores de un equipo y empiezan a responder a otros intereses que les suministren dinero o armas”, afirma Andrade a El País.

Sin embargo, el medio de comunicación deja claro que las maras no han podido establecerse en Costa Rica, Nicaragua y Panamá.

“Pese a que sufre los síntomas socioeconómicos que agravan la inseguridad en los países del ‘triángulo del norte de Centroamérica’, Costa Rica ha logrado impedir que las maras penetren, se instalen y se desarrollen en su territorio”, concluye.

Andrade descartó que los hinchas nacionales respondan a otros intereses fuera del color de un equipo, pero es contundente al afirmar que se asocian a la delincuencia común, a grupos que empiezan a aumentar los niveles de violencia.

“Cuando se detiene en un estadio a estos muchachos violentos y se revisa su expediente, se confirma que tienen antecedentes por robo, portación ilegal de armas, tenencia de drogas, asaltos a viviendas y hasta tentativas de homicidio”, explica Andrade.

“Los recintos de futbol deben estar cerrados a estas personas porque, si en la calle cuesta dominarlos, dentro de un estadio son sumamente peligrosos”, argumentó.

La advertencia del mando policial fue confirmada por un antiguo integrante de La Ultra en un reportaje del Canal 7. La “excusa” de estos grupos es el fútbol y debe quitárseles la etiqueta de barras, para “desnudarlos como lo que verdaderamente son: una mara” que actúa fuera de los estadios, puntualizó. —AGENCIAS.