HONDURAS. Juan Orlando Hernández tomará posesión como presidente de Honduras el próximo lunes, pero desde ya tendrá que lidiar con los zelayistas que se alistan para protestar el día del traspaso presidencial y a hacerle contrapeso en la Asamblea.
Ese día un total de siete presidentes y el príncipe Felipe de Borbón estarán en la investidura de Hernández, ceremonia que será vigilada por unos 6,000 policías y militares, informaron ayer fuentes oficiales.
Los mandatarios que asistirán son Juan Manuel Santos (Colombia), Ma Ying-joeu (Taiwán), Atifete Jahjaga (Kosovo) y Laura Chinchilla (Costa Rica); además de Mauricio Funes (El Salvador), Otto Pérez Molina (Guatemala) y Ricardo Martinelli (Panamá), dijo Rafael Flores, un portavoz de la Comisión de Traspaso Presidencial.
Además estarán los vicepresidentes de Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Cuba y Argentina enviarán a otros funcionarios.
En la ceremonia estarán unas setenta delegaciones de distintos países y también representantes de organismos internacionales como Naciones Unidas, la Corte Centroamericana de Justicia y el Parlamento Centroamericano (Parlacen), entre otros.
Ese día el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) hará una protesta que será acompañada por los diputados del Partido Libertad y Refundación (Libre), cuyo coordinador es el expresidente y también legislador Manuel Zelaya, derrocado en 2009.
La izquierda legislativa
La presencia de la izquierda como primera fuerza de oposición es la novedad del nuevo Parlamento de Honduras que se instalará hoy, dos días antes de la toma de posesión de Hernández como mandatario de 2014-2018.
Zelaya, quien fue derrocado cuando impulsaba una consulta popular que la ley no le permitía, liderará la bancada de izquierda que llega al Parlamento bajo la bandera rojo y negro del partido Libre, el cual ganó 37 diputados en las elecciones de noviembre pasado.
Los zelayistas intentaron convencer la semana pasada a otros partidos para integrar una directiva legislativa sólo de oposición pero no lo logró.
Sin embargo, la cantidad de escaños que tendrá obligará a que los partidos conservadores hagan alianzas con la oposición de izquierda ya que ni ninguno tendrán la mayoría simple para avalar leyes. —AGENCIAS