PARAGUAY. Los resortes del sistema penitenciario paraguayo volvieron a estallar ayer en Tacumbú, la mayor cárcel del país, diseñada para 1,500 internos pero que alberga a unos 4,000, donde la ausencia de carceleros, en huelga por demandas económicas, dejó un muerto y llevó al presidió al borde del caos.
Horas después, los trabajadores penitenciarios y el gobierno de Paraguay alcanzaron un acuerdo que permitió poner fin la huelga general que en menos de 24 horas generó importantes disturbios en algunas cárceles.
La ministra de Justicia Sheila Abed informó que tras una nueva reunión realizada con los guardias, éstos decidieron levantar la huelga que arrancó la medianoche del viernes en todo el país.
En el acuerdo, el gobierno se comprometió a pagar los salarios pendientes de los meses de noviembre y diciembre, más un aguinaldo para los contratados.
Además, se acordó la recuperación de bonificaciones exigidas por los celadores por concepto de trabajo inseguro e insalubridad, correspondientes a unos 106 dólares, y el pago del salario mínimo al personal penitenciario que no lo percibe.
“Hemos fijado una meta técnica. Después de esta larga negociación esperamos que no se sucedan este tipo de cosas”, afirmó refiriéndose a los problemas con los guardias.
“En la administración anterior se gastó en seis meses lo que se tenía para un año”, lo cual motivó el inconveniente, afirmó Abed.
La huelga de los guardiacárceles provocó disturbios en algunos penales del país, pero los más graves se produjeron en la penitenciaría de Tacumbú, donde un joven murió. —AGENCIAS.