El excéntrico Maduro

Mientras el país agoniza asediado por la violencia, escasez de alimentos e inflación récord, él habla de "felicidad"

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elsalvador.com

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2013-11-08 9:00:00

VENEZUELA. Desde que asumió el poder, las excentricidades de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, no solo han provocado asombro, desconcierto y preocupación, sino que hasta humor.

En diversos medios, analistas y columnistas se han dado a la tarea de decodificar lo que está pasando con el gobernante y muchos coinciden en una sola cosa: Maduro instaló el realismo mágico en Venezuela.

El periódico español El Mundo hace un recuento en su publicación del pasado 2 de noviembre de los recientes anuncios de Maduro que sustentan esa tesis: decidió adelantar la Navidad por decreto y hasta encendió las luces del pesebre en el Palacio de Miraflores, creó el Viceministerio de la Suprema Felicidad.

También decretó el 8 de diciembre como Día de la lealtad y amor a Hugo Chávez, que coincide con las elecciones legislativas; afirmó que el rostro de Chávez se reflejó en la pared de un túnel en Caracas; aseguró que el exmandatario se le apareció en forma de pajarito, en fin.

“Desde su llegada a la Presidencia, tras una ajustada victoria electoral que la oposición no reconoce, Maduro ha hecho declaraciones y ha tomado decisiones que muchos han tachado de disparatadas”, dice en la publicación del diario español.

El medio añade que incluso hay quien se pregunta si estas ocurrencias se las “ha cantado un pajarito”.

“Quizá el mismo ‘pajarito chiquitico’ que se le apareció al mandatario venezolano el pasado mes de abril para darle su bendición en el arranque de la campaña electoral y que, según Maduro, no era otro que el fallecido Hugo Chávez”, apunta.

También dice que el presidente de Venezuela debe tener alma de vidente porque el pasado miércoles 30 de octubre aseguró que la mirada de Chávez había aparecido en una de las paredes del suburbano de Caracas.

Otro ejemplo que cita de las ocurrencias del mandatario fue cuando dijo, sin ningún reparo, que Chávez había intervenido desde el cielo en la elección de un Pontífice latinoamericano, ya que el Papa Francisco es argentino.

Los contrastes

Pero mientras el presidente de Venezuela habla de esos fenómenos y decreta la felicidad para el pueblo, “el país agoniza asediado por la violencia, la escasez de alimentos y una inflación que ha alcanzado cifras récord”, detalla El Mundo.

El periódico español argumenta que ante una situación económica muy complicada y sin tener el carisma de su predecesor, Maduro “ha recurrido a la épica seudorreligiosa para conseguir que no se borre de la mente de los venezolanos el recuerdo de su mejor activo: Hugo Chávez”.

El medio reseña que ese ensalzamiento de la figura del venezolano que dirigió los destinos del país durante más de 14 años comenzó durante los días de agonía de Chávez (por el padecimiento de cáncer) y que se ha instalado en la Venezuela post chavista.

“Si Chávez nos tenía acostumbrados a adornar su discurso con un lenguaje violento y combativo; Maduro se ha propuesto ir más allá aportando algunas palabras o expresiones que cree que le faltan al castellano como “brillura”, “ninfomanía de dólares” o “millonas” para referirse a los “millones de hijos y millonas de hijas de Bolívar”, publica.

El diario agrega que no solo ha tenido un “ansia por innovar” en el ámbito lingüístico, sino que “se ha atrevido a hablar de Medicina sin complejos y ha llegado a confesar que un “doctor” le “examinó el corazón con un telescopio”; e incluso ha aportado dos nuevos conceptos a la Matemáticas: “La mitad mayoritaria y la mitad minoritaria”.

También el periódico venezolano El Nacional ha publicado columnas de opinión en relación a lo que pasa con Maduro.

El columnista Óscar Collazos escribió en su artículo: ‘Suprema felicidad’, del pasado 6 de noviembre, que esa propuesta del presidente “está adornada por la excentricidad” y que no le parece “nada nuevo”.

“Cada cierto tiempo, a manera de bendición, le cae una nueva excentricidad del cielo”, opina Collazos.

El escritor dice que la iniciativa de crear un viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo “parece sacada de las páginas de una novela latinoamericana. No de cualquier novela. Parece sacada de grandes novelas sobre dictadores: El señor Presidente, de Miguel Ángel Asturias; El otoño del patriarca, de García Márquez; Yo, el supremo, de Roa Bastos; La fiesta del Chivo, de Vargas Llosa”.

Para el columnista, la desmesura con que se ha bautizado el viceministerio tiene mucho de utopía tropical y superstición.

“Tanto ingenio verbal no pasaría por la cabeza de los adustos inventores del “realismo socialista”. Se necesitaba una imaginación bañada por las aguas del mar Caribe y, como condimento, la desmesura del realismo mágico”, enfatiza Collazos.

En su análisis apunta que es probable que “Maduro esté pensando en el sucedáneo de la felicidad que procuraría el Asistencialismo del Siglo XXI a un pueblo más necesitado de buenos mercados que de propaganda”. Y añade: “La religiosidad fetichista y la poesía necrofílica que se depositan sobre la lápida de Hugo Chávez cumplirían quizá una función hipnótica en este viceministerio”.

Otro columnista, Manuel Molares Do Val, escribió: “El fantasma de Chávez”, en el periódico español La Región en el que se refiere a Maduro como “la mente ‘tropicalizada’ creadora del realismo mágico, la locura imaginativa que producen los trópicos con ayuda del ron, incita a ver milagros en piedras con la cara de Chávez…”