Elecciones se desarrollan con normalidad en Honduras

Centros de votación cerrarán a las 5:00 p.m., informa el TSE. Jornada se extendió una hora. Los primeros resultados se darían a conocer a las 6:45 pm

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elsalvador.com

Por Agencias - Reuters

2013-11-24 2:00:00

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) extendió por una hora las elecciones en Honduras.

Los centros de votación estarán abiertos hasta las 5:00 pm y no hasta las 4:00 pm como estaba previsto inicialmente, detalló el presidente magistrado del TSE, David Matamoros en cadena de radio y televisión.

El funcionario sostuvo que el proceso “avanza democráticamente”.

Según autoridades y observadores nacionales e internacionales, los comicios se han celebrado con normalidad, sin incidentes significativos y con una masiva afluencia de votantes en las urnas.

El TSE tiene previsto dar su primer informe sobre las elecciones a las 18.45 hora local (00.45 GMT del lunes) con la cantidad de actas escrutadas.

Honduras votaba el domingo en unas cerradas elecciones presidenciales entre la esposa de un derrocado mandatario que busca girar a la izquierda en el empobrecido país, y un conservador que quiere más militares en las calles para atacar la rampante violencia.

En total participan nueve partidos con ocho candidatos presidenciales tras una alianza entre dos instituciones políticas.

Xiomara Castro, cónyuge del expresidente Manuel Zelaya, y el influyente jefe del Congreso y candidato oficialista, Juan Orlando Hernández, llegaron a las elecciones virtualmente empatados en las preferencias, según la última encuesta.

A pesar de todo, los dos proclaman que ganarán a su rival al menos por una docena de puntos de diferencia. Y eso podría desatar conflictos cuando se declare a un vencedor en un país con una historia reciente de inestabilidad política.

Sea quien sea el ganador, a partir de enero deberá tratar de reducir la violencia que hizo de Honduras la nación con la mayor tasa de homicidios del mundo y encarar la difícil situación económica del segundo país más pobre del hemisferio.

“Estoy votando porque se acabe la muerte y el terror en que vivimos, aquí sale uno de su casa con miedo de que lo maten, las bandas operan libremente, muchos negocios han cerrado por las extorsiones”, dijo Nadyeli Pineda, una maestra de 45 años en un barrio de la capital donde muchos han abandonado sus casas por la violencia.

Castro, una exprimera dama de 54 años que saltó a la arena política al encabezar protestas contra el golpe de Estado que sufrió su marido en el 2009, encabezó durante meses los sondeos prometiendo una reforma constitucional para modernizar y “refundar” Honduras con un “socialismo democrático”.

“Tómenme la palabra, palabra de mujer, vamos a trabajar por los pobres, vamos a generar bienestar, trabajo”, dijo Castro al cerrar su campaña aludiendo a la desigualdad reinante.

Pero poco a poco, Hernández ganó terreno con su compromiso de desplegar más militares en las calles para apaciguar la galopante delincuencia en el país. En un proceso de mediano plazo, propone depurar los cuerpos policiales.

Una llegada al poder de Castro marcaría un giro de políticas y el regreso de Zelaya, que en estos comicios es candidato a diputado pero en la práctica sería el consejero más influyente de su esposa.

Un triunfo de Hernández, en cambio, mantendría el rumbo político de un país que ha sido dirigido durante la mayor parte de su historia por una poderosa y pequeña elite conservadora.

Unos 5.3 millones de personas están habilitados para elegir el destino de Honduras en las urnas, que abrieron a las 7.00 hora local (1300 GMT). El país también renovará diputados y alcaldes.

Aunque la elección transcurría sin sobresaltos bajo la vigilancia de unos 30,000 militares y policías, cinco personas fueron asesinadas el domingo cerca de una mesa de votación en la región de La Mosquitia, en el este de Honduras. La policía dijo que el crimen no estuvo relacionado con los comicios.

Para prevenir atentados, soldados custodiaban el domingo las torres de transmisión de electricidad y de telecomunicaciones en todo el país.

DOLORES DE CABEZA

Una de las principales preocupaciones de los hondureños es el crimen. Los pandilleros y narcotraficantes acosan a los comercios con un “impuesto de guerra” que pagan desde tiendas hasta vendedores de tortillas y chicles en mercados del país.

La corrupción y el crimen organizado han infiltrado a la policía.

Mucha gente vive aterrada, y los problemas de inseguridad se suman los retos económicos.

Honduras sufre de un abultado déficit fiscal y debe salarios a maestros y personal de hospitales, lo que provoca frecuentes protestas y paros. Además cuenta con una pesada deuda pública interna que sigue creciendo.