SURINAM. Los presidentes de los países suramericanos tuvieron que fingir sus sonrisas y estrechar las manos de sus homólogos con los que tienen conflictos bilaterales, ya que en la cumbre de Unasur que se celebró ayer se tuvieron que ver las caras.
Por ejemplo, Bolivia ha tenido diferencias con Brasil por la huida de su territorio, esta semana, de un senador acusado de corrupción, publicó el periódico español El País.
Asimismo, el medio agrega a la lista a Paraguay que no tenía relaciones diplomáticas con Venezuela, tras la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo en junio de 2012. Pero decidieron “pasar la página”.
El diario añade la tensión que hay entre Argentina y Chile por un conflicto privado entre la aerolínea chilena LAN y el Gobierno de Buenos Aires, en el que ha intervenido la justicia argentina.
Por otro lado está Colombia que, a pesar de estar ocupada en las conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC que se desarrolla en Cuba y de enfrentar la huelga agropecuaria de más de 12 días, no se ha pronunciado sobre la acusación de Venezuela por el supuesto plan magnicida contra el presidente Nicolás Maduro, el cual habría sido tramado en tierras colombianas, según Caracas.
Ese es el contexto en el que se desarrolló la VII Cumbre Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en Paramaribo, capital de Surinam, donde el país anfitrión asumió la presidencia pro tempore del organismo.
Los puntos debatidos
La agenda que discutieron los presidentes en la cumbre comprendía 47 puntos, entre ellos el rechazo del bloque ante el inminente ataque de Estados Unidos en Siria por el supuesto uso de armas químicas contra la población.
Unasur concluyó con una declaración conjunta contraria a cualquier ataque extranjero en Siria, a la espera de que se conozcan las conclusiones de Naciones Unidas.
“Desde Surinam tratamos de contribuir para asegurar que toda la familia de Unasur se una”, dijo el mandatario de Surinam, Desiré Delano Bouterse, quien clausuró la cumbre de la que ha sido anfitrión.
Por su parte, Ecuador llevó a la mesa la creación de una instancia supranacional para la resolución de controversias entre los Estados miembros y las empresas multinacionales, donde los primeros puedan defenderse de los “abusos” de los segundos.
Otro punto discutido fue la propuesta venezolana de hacer reformas al reglamento de Unasur. —AGENCIAS