Emergencia en Egipto tras el aumento de las muertes

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elsalvador.com

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2013-08-14 9:00:00

EL CAIRO. La Presidencia de Egipto declaró el estado de emergencia en todo el país a partir de ayer y durante un mes. También ordenó el toque de queda en varias provincias, incluyendo El Cairo, Suez y Alejandría, en un intento de impedir que el caos se extienda por el país.

Egipto no decretaba estado de emergencia desde 1981 cuando entró en vigor y se mantuvo hasta mayo de 2012 bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo. Pero la junta militar que gobernó el país tras el derrocamiento del régimen de Hosni Mubarak (1981-2011) no lo renovó.

Con el estado de emergencia se suspenden derechos personales, civiles y políticos como el de huelga, el de ser asistido por un abogado en caso de ser detenido o a celebrar mítines políticos. Y el toque de queda será por tiempo indefinido en 14 de las 27 provincias egipcias.

El anuncio fue difundido ayer mediante un comunicado a través de la televisión estatal y se produce después de los violentos enfrentamientos entre los partidarios del también depuesto presidente Mohamed Mursi y las fuerzas del orden.

El presidente interino egipcio, Adli Mansur, también ha encargado a las fuerzas armadas, con la ayuda de la policía, adoptar las “medidas necesarias” ante esta situación.

El primer ministro Hazem el Beblaui aseguró que la decisión de decretar el estado de emergencia fue “muy difícil” de tomar, pero obligatoria ante la escalada de la violencia.

“El Estado tiene que hacerse respetar y debe impedir que los derechos de los ciudadanos sean agredidos por otros”, agregó el jefe de Gobierno.

Además tras los choques sangrientos Mansur se ha quedado sin su vicepresidente, Mohamed El Baradei, quien le comunicó en una carta que abandona el Gobierno.

El Baradei justificó su renuncia por no sentirse capaz de asumir la responsabilidad de decisiones con las que no está de acuerdo y de las que teme sus consecuencias.

La renuncia de El Baradei llega horas después de los choques en El Cairo, donde decenas de personas han muerto durante el desalojo de la policía y del Ejército contra las acampadas de los seguidores de Mursi en la plaza de Rabea al Adauiya y en la de Al Nahda.

El balance de fallecidos, aún provisional, es de 278 en todo el país, mientras que el número de heridos llega a 2,000, según cifras del Gobierno. Tan sólo en El Cairo, los Hermanos Musulmanes sitúan las cifras mortales en 124.

En los enfrentamientos en El Cairo han fallecido dos periodistas: el cámara de Sky News Mick Deane, de 61 años, y la reportera egipcia Habiba Amed Abelaziz, que trabajaba para la publicación ‘Xpress’. También ha muerto tiroteada la hija de uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Beltagy, Asma, de 17 años.

Lo que dasató el caos

La violencia comenzó después de que la policía lanzara a primera hora de la mañana una operación para desmantelar las acampadas de protesta de los seguidores de Mursi.

Con la ayuda de excavadoras y vehículos blindados, la policía irrumpió en Rabea al Adauiya, donde destruyó las tiendas de campaña y el escenario montado en la plaza, además de detener a manifestantes en la zona.

Poco después, los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó Mursi hasta que accedió a la Presidencia, instaron a sus simpatizantes a salir a protestar, en repulsa por la actuación policial, lo que convirtió las calles de varias ciudades en campos de batalla.

En El Cairo hubo marchas de partidarios de la Hermandad en varias áreas, como el distrito de Ciudad Naser, donde se ubica Rabea al Adauiya, y en la plaza de Mustafa Mahmud, en el barrio de Mohandesín, donde los islamistas se enfrentaron a la policía.

Pero los disturbios no solo se han limitado a la capital, sino que también se han producido en otras localidades de Egipto, tanto de norte a sur como de este a oeste.

Según las autoridades, un total de 21 comisarías y puestos policiales, además de sedes de las gobernaciones provinciales, fueron asaltadas por manifestantes; e incluso la Biblioteca de Alejandría (al norte) fue sido blanco de un ataque armado.

En el sur, al menos 7 iglesias han sido atacadas, muchas de ellas incendiadas. Las autoridades y la Hermandad se han acusado mutuamente de estar detrás de las agresiones a templos cristianos.

Mientras tanto, la comunidad internacional pidió ayer a ambas partes que prioricen el diálogo para salir de la crisis. Uno de los más críticos fue EE.UU. (ver nota aparte). —AGENCIAS