Gobierno egipcio: libramos lucha antiterrorista

Así justifica la arremetida contra los partidarios de Mursi en el país

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elsalvador.com

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2013-08-17 8:00:00

EL CAIRO. La Presidencia de Egipto consideró ayer que el país se halla en “guerra contra el terrorismo” y acusó a los manifestantes islamistas que piden la restitución del depuesto presidente Mohamed Mursi de ser “fuerzas extremistas”, por lo que proponen disolver el grupo de los Hermanos Musulmanes.

El asesor presidencial para Asuntos Políticos, Mustafá Higazi, aseguró a la prensa que el pueblo egipcio salió a las calles para levantarse contra el “fascismo teocrático” de los Hermanos Musulmanes y que fueron los líderes de este grupo quienes impidieron un arreglo negociado a la crisis con el gobierno interino.

“Hablamos de un Estado y de un pueblo que están sufriendo un ataque, una guerra de desgaste por parte de fuerzas extremistas que solo pueden ser calificadas como terroristas”, detalló Higazi.

Respecto a lo dicho por un portavoz gubernamental de que el Ejecutivo estudia la ilegalización de los Hermanos Musulmanes, Higazi dijo que “toda organización que trabaje en Egipto tiene que estar legalizada con medidas jurídicas para que actúen dentro del marco de ley”.

La Hermandad permanece en un estatus de alegalidad tras la revolución que depuso al antecesor de Mursi: Hosni Mubarak en febrero de 2011.

El periódico español El País publicó ayer que, de ser disuelta, “la sociedad de los Hermanos Musulmanes se asoman a la clandestinidad más absoluta”. Acota que fue esa clandestinidad en la que vivió por más de medio siglo la que le permitió tomar fuerza hasta llegar al poder de la mano de Mursi durante un año, hasta el derrocamiento del mandatario el pasado 3 de julio.

Y afirma que “el acoso a la hermandad es hoy por hoy mucho mayor, más público y más organizado que en las décadas de regímenes autoritarios de la historia reciente de Egipto”.

Rol de EE. UU. con Egipto

El País también publica un análisis en el que plantea que la decisión de Estados Unidos de suspender las maniobras militares conjuntas con Egipto y no revisar la ayuda anual de 1,500 millones de dólares evidencia la difícil posición en la que ha puesto a la Administración Obama la brutal represión ejercida por el Gobierno interino contra los manifestantes islamistas.

“Con su cauta reacción, la Casa Blanca quiere mostrar su apoyo al proceso democrático en ese país, salvaguardando, a la vez, la cooperación económica y bélica con El Cairo, esencial para proteger los intereses geopolíticos de Washington en la región”, dice.

Agrega que el país africano es el segundo destinatario de ayuda de Washington, detrás de Israel, y que los intereses militares y económicos explican la “vaga” reacción de la Casa Blanca.

La cooperación con Egipto se remonta a 1946, pero se reafirmaron en 1979 con la firma del tratado de paz entre Egipto e Israel, reseña.

También pone en el tapete que el Gobierno egipcio permite el paso a través del canal de Suez de portaaviones de la Armada estadounidense hacia el golfo Pérsico. —AGENCIAS