El maquinista del tren descarrilado cerca de Santiago de Compostela el pasado miércoles, con un saldo de 79 miertos y centenares de heridos, quedó hoy en libertad con cargos tras testificar ante el juez.
A Francisco José Garzón, a quien la Policía atribuye un delito de homicidio por imprudencia, se le retiró el pasaporte y quedó inhabilitado para conducir ferrocarriles. También estará obligado a presentarse al juzgado cada semana.
Garzón compareció a lo largo del día ante un juez de Santiago casi al término de las 72 horas que dura legalmente la situación de detenido en manos de la Policía, ante la que en ese período se había negado a declarar.
El maquinista de 52 años admitió haber cometido una imprudencia a los mandos del tren, según fuentes judiciales.
Incluso minutos después del fatal accidente, Garzón admitió queque iba muy rápido y no pudo frenar.
Un vecino de la zona dijo que él y otra persona acompañaron a Garzón, que estaba ensangrentado, a una parte llana de terreno donde estaban colocando a los heridos, en espera de que llegaran los socorristas.
“Nos dijo que deseaba morirse”, relató Iglesias a la televisora Antena 3.
El tren, que llevaba 218 pasajeros en ocho vagones, sobrepasó sustancialmente el límite de velocidad de 80 kph (50 mph) en una curva peligrosa el miércoles, se descarriló y se estrelló contra un muro de hormigón, tras lo cual algunos vagones se incendiaron.
La empresa de servicios ferroviarios Renfe ha dicho que se debieron haber aplicado los frenos cuatro kilómetros (2.5 millas) antes que el tren llegara a la curva.
Con información de elpais.com