El Papa Francisco visitó hoy una pequeña favela en las afueras de Río de Janeiro, como parte de sus actividades en Brasil por la Jornada Mundial de la Juventud.
Ahí, el pontífice dijo: “Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que existen en el mundo”.
En una mañana lluviosa, el Papa también pidió a los poderes públicos a trabajar por un mundo más justo.
Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo”, manifestó.
El complejo de favelas Manguinhos, de condiciones precarias, fue durante décadas una zona violenta por los continuos enfrentamientos provocados por el narcotráfico. Recientemente la policía logró recuperarla.
El Papa recorrió el lugar en el “papamóvil” y luego bajó para saludar a la multitud, especialmente a un grupo de niños que se le acercaron y abrazaron.
El Papa bendijo el altar de una iglesia, aún sin terminar, y tenía previsto visitar a una familia de esta discreta barriada.
Más temprano, el pontífice recibió las llaves de la ciudad de Río de Janeiro y también bendijo las banderas olímpicas.
Además, Francisco saludó a algunos de los atletas olímpicos durante una breve visita al Palacio de la Ciudad de Río.
Con información de romereports.com