El sector empresarial le ha puesto precio a la violencia que vive Guatemala: estima que el flagelo causa 2 mil 387 millones de dólares de pérdidas cada año.
Hacer frente a la violencia era una de las principales promesas de campaña electoral del presidente Otto Pérez Molina.
El entonces candidato prometió “mano dura” contra la delincuencia que, sin embargo, sigue como uno de los talones de Aquiles de un país que tiene un promedio diario de 14 muertes por violencia, según estadísticas oficiales.
En un informe sobre el costo de violencia, la Fundación Para el Desarrollo de Guatemala, Fundesa, conformado por empresarios, considera que el país pierde con cada muerte violenta, la producción anual promedio de un guatemalteco no desempleado estimado en 13,760 dólares al año.
“Se hace la aclaración que el costo de vida no se puede cuantificar, lo que se quiere tratar de señalar son los costos adicionales a la pérdida de una familia cuando una persona muere por un homicidio. La vida humana es irreparable, pero se tiene que cuantificar”, dijo Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de Fundesa.
Zapata asegura que el 80% de los guatemaltecos ha sido víctima o ha visto un asalto, un homicidio o un hecho de violencia, lo que “no le permite vivir en paz”.
En el informe el sector empresarial cuantificó en 6 mil 602 millones de dólares el total de la violencia en Centroamérica con base al estudio “Guatemala en la encrucijada: Panorama de una violencia transformada” a cargo de la organización Small Arms Survey.
El estudio colocó a Guatemala en el primer lugar de inversión seguida por El Salvador con 2 mil 010 millones, Honduras con 885, Costa Rica con 791 y Nicaragua con 529 millones de dólares en costos por violencia.
Los empresarios también consideran que de cada 100 quetzales que posee un guatemalteco al menos 9 son para el pago de temas relacionados con la violencia como reposición de activos, seguros y otros.
Francisco Jiménez, experto en seguridad y catedrático universitario, asegura que las condiciones estructurales que tiene que ver con el tema psicosocial y económicos no ha variado en años en Guatemala por lo que es difícil que las condiciones de seguridad cambien.
“No se ha logrado en la región centroamericana construir una cultura de paz, estamos en una región donde todos los conflictos se resuelven a través de la violencia, los Estados no han tenido capacidad de generar acciones de contención a la violencia por los altos niveles de impunidad que existen, la falta de control de armas y la prevención de la violencia”, dijo.
La visión empresarial se centra especialmente en que el costo de la violencia influye en que no lleguen inversiones al país, que dejen de crearse nuevos puestos de trabajo o abrir nuevas empresas.
El informe concluye que “vivir en una sociedad violenta, con las condiciones socio-económicas particulares de Guatemala, pone día a día en riesgo de sumirse en la pobreza de millones de guatemaltecos, agravándose la situación ante la perspectiva de menor inversión en el país para crear fuentes alternativas de ingreso”.