Resurge debate sobre privacidad y seguridad

Toda la trama inició al revelarse que la CIA espía a ciudadanos americanos y extranjeros, vía teléfono o por Internet

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elsalvador.com

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2013-06-11 7:00:00

ESTADOS UNIDOS. El escándalo sobre el espionaje telefónico y en Internet a nivel global por parte de agencias de inteligencia de Estados Unidos a través de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) ha destapado una creciente controversia.

Las revelaciones aparecidas en el diario británico The Guardian y en The Washington Post, de que se espían los registros telefónicos de millones de estadounidenses y de que la NSA tiene acceso a los servidores de varias compañías de Internet más importantes, incluidas Facebook, Google y Apple, albrestaron un avispero en el país.

Muchos piensan, como el senador republicano Rand Paul, que esto es un asalto total contra la Constitución.

La trama fue descubierta por Edward Snowden, quien trabajó en la NSA como empleado del contratista Booz Allen Hamilton. La empresa dijo ayer que había despedido a Snowden el lunes por violar sus políticas y código de ética.

También afirmó que Snowden había sido su empleado durante menos de tres meses y que tenía un salario de $122,000 anuales.

Las revelaciones de Snowden dieron pie a un amplio debate nacional sobre el equilibrio entre los derechos a la privacidad de los estadounidenses y las medidas de seguridad nacional, especialmente las desarrolladas después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra EE. UU. Las reacciones evidencian que muchos estadounidenses están muy preocupados de que el gobierno quiera quitarles sus derechos y más aún si se hace en secreto.

Pero a esto se oponen criterios como el del presidente Barack Obama, que defendió públicamente el programa, al decir que su gobierno intenta equilibrar el imperativo de combatir el terrorismo y el imperativo de proteger las libertades individuales. Dice que el Congreso conoce todo sobre el tema y que existen controles legales en la práctica.

Según se reveló se ha espiado todas las llamadas telefónicas entre ciudadanos estadounidense, y todas las llamadas telefónicas desde el extranjero que reciben estadounidenses desde 2007. Paralelamente, reconoció el propio Obama, dio la orden de investigar todos los correos electrónicos entre ciudadanos estadounidenses y extranjeros cuyos receptores son estadounidenses.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, defendió los programas de la NSA y su supervisión por parte del Congreso y dijo que había sido informado sobre ellos y que no se “espiaba” a los estadounidenses a menos que se comunicaran con un terrorista en otro país.

Aún después de destapado el caso, las autoridades no presentaron un resultado concreto para sostener que fue descubierta una amenaza real contra el país y sus ciudadanos.

En los últimos tres años, fueron introducidas y rechazadas una serie de medidas legislativas para reducir o eliminar los abusos de la vigilancia de las comunicaciones reveladas.

Los argumentos de que el fisgoneo era absolutamente necesario para evitar un ataque contra los EE. UU., y que las actividades de espionaje interno son de alto secreto parecen ahora tambalearse con acusaciones contra el gobierno por su interpretación de la restrictiva y violatoria Ley Patriota, aprobada después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 (9/11).

Según plantea el diario The New York Times en un editorial, las propuestas para aumentar la transparencia de estas actividades, o para limitar su ámbito de aplicación, generaron una enérgica oposición de la administración Obama.

Esto proporcionan una visión escalofriante de lo que la NSA del presidente ha estado haciendo, agregó el rotativo.

Grupos defensores de los derechos humanos alegan que el programa de escuchas invade la privacidad de las personas y advirtieron a la Casa Blanca que van a llevar el caso ante la justicia . —AGENCIAS