SAN JOSÉ. La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ha tenido que dar explicaciones sobre por qué utilizó un jet privado, propiedad de una compañía petrolera extranjera con sede en Colombia, para asistir a una boda y a una visita con su homólogo peruano, Ollanta Humala. Chinchilla también habría utilizado un avión pagado por la empresa para asistir al funeral del líder venezolano Hugo Chávez.
Las acusaciones, admitidas por el Gobierno, han provocado una investigación de la oficina del fiscal general. Costa Rica cuenta con una Ley de Enriquecimiento Ilícito, que incluye penas de hasta ocho años de prisión para los funcionarios públicos que aceptan regalos por valor de más de un salario mínimo.
“El hecho de que haya empresas que colaboren con el Estado en la provisión de ciertos servicios no es algo nuevo de esta administración”, dijo el ministro de Comunicación, Francisco Chacón, tras el tradicional Consejo de Gobierno. Chinchilla viajó el pasado fin de semana a Perú en un avión tipo jet cedido por la firma canadiense THX, que se dedica a la explotación petrolera y de gas natural, donde asistió a la boda de un hijo de su vicepresidente Luis Liberman y el lunes se reunió con el presidente peruano Ollanta Humala. —REUTERS.