El Papa Francisco, que rápidamente ganó reputación por su austeridad desde que asumió el pontificado el mes pasado, podría recortar un tradicional bono que se entrega al personal del Vaticano, dijo el jueves un portavoz de la Santa Sede.
El bono se paga habitualmente a los empleados del Vaticano para marcar ocasiones especiales como la muerte o elección de un nuevo papa.
Pero el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo: “No creo que haya ningún bono”.
“Los gastos adicionales son algo que podría ser normal en situaciones de abundancia, pero este no es el mundo en el que nos encontramos ahora”, declaró.
Lombardi agregó que se estaba refiriendo a la atmósfera económica en general en lugar de a una necesidad específica de reducir los costos en el Vaticano.
El Papa Francisco, que tomó su nombre en honor a un santo que vivió en la pobreza, decidió no residir en los lujosos departamentos del Vaticano y ha dejado de lado las vestimentas extravagantes y llenas de ornamentos para forjar un pontificado más humilde y austero.
Francisco pidió a sus compatriotas argentinos que no realizaran costosos viajes a Roma para estar presentes en su misa inaugural y que en su lugar donaran ese dinero a organizaciones de caridad.
Su predecesor, Benedicto XVI, ordenó la entrega de 500 euros (650 dólares) a cada trabajador del Vaticano y un día libre para conmemorar su cumpleaños número 80.
Tras la muerte del Papa Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI en el 2005, los empleados de la Santa Sede recibieron 1.500 euros (casi $2 mil cada uno). La decisión del actual pontificado afecta a alrededor de 4.000 trabajadores.