Bush inaugura su biblioteca y defiende su legado político

El edificio recordará lo que fue el mandato del expresidente George W. Bush

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2013-04-25 7:00:00

WASHINGTON. Como manda la tradición, todos los presidentes vivos de Estados Unidos se dieron cita ayer en Dallas (Tejas) para asistir a inauguración de la Biblioteca de George W. Bush.

Desde Jimmy Carter hasta Barack Obama, pasando por George Bush padre, en silla de ruedas, y Bill Clinton, los mandatarios olvidaron por un día sus diferencias ideológicas para honrar la trayectoria de su jefe de Estado número 43, en un acto de enorme transcendencia que sirve de factor cohesionador para la política de este país.

El expresidente, no obstante, defendió con vehemencia su legado, cuyas luces y sombras se recogen en el museo-biblioteca que se abrirá oficialmente al público el 1 de mayo.

El evento constituyó un momento de intensa emoción para Bush, que desde que abandonara la Casa Blanca en 2008, ha optado por mantenerse alejado de la vida política. En su reaparición pública, el expresidente reivindicó las decisiones adoptadas a los largo de sus dos mandatos. “La política no versa sobre las ambiciones personales”, aseguró Bush.

“La libertad conlleva responsabilidad (…) Como presidente traté de actuar con estos principios todos los días. No siempre fue fácil y ciertamente no siempre fue popular”, aseguró el exmandatario.

“Al final quedará patente que nos mantuvimos fieles a nuestras convicciones. Gracias a ellas contribuimos a hacer más seguro nuestro país y expandimos la libertad en el resto del mundo”, señaló el expresidente, que abandonó el estrado entre lágrimas.

El Museo y Biblioteca Presidencial George W. Bush, erigido en el campus de la Universidad Metodista en Dallas, alberga una a muestra de los grandes hitos políticos de Bush: El reñido escrutinio de los votos de Florida, en 2000, determinante para otorgarle la victoria; los ataques del 11 de septiembre, que transformaron su presidencia; la invasión de Irak; la tragedia del huracán Katrina, el desastre financiero en los albores del final de su segundo mandato…

Además de Obama, en la ceremonia participaron el padre de Bush, el expresidente George H.W. Bush, y los demócratas Jimmy Carter y Bill Clinton, que también fueron inquilinos de la Casa Blanca.

También la primera dama de EE.UU., Michelle Obama, y cuatro de sus predecesoras, entre ellas la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.

Bush “es un buen hombre”, enfatizó Obama, quien agregó que aprendió de él que el de presidente es “un trabajo humilde” y que hay momentos en que se cometen errores.

El mandatario destacó, además, la “compasión” y “generosidad” de su predecesor en el cargo, así como su “fuerza y resolución” tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y sus esfuerzos en la lucha contra el sida y la malaria.

“Me gustó el presidente Bush (…) Y me gustó cuando tuvimos desacuerdos”, comentó Bill Clinton, quien hizo gala de su humor y generó muchas risas entre el público asistente.

Uno de los más aplaudidos fue George Bush padre, en silla de ruedas, de 88 años y quien estuvo hospitalizado recientemente durante casi dos meses por complicaciones derivadas de una bronquitis.

“Mi George es un hombre que cuando alguien necesita una mano le ofrece los dos brazos”, resumió su esposa y ex primera dama, Laura Bush.

La ceremonia sirvió también para que Obama y Clinton defendieran la necesidad de sacar adelante una reforma migratoria en el país, al tiempo que agradecieron a Bush por los esfuerzos hechos al respecto durante su mandato.

Bush impulsó durante su mandato, junto a los senadores John McCain (republicano) y el fallecido Ted Kennedy (demócrata), una iniciativa para una reforma migratoria que finalmente no prosperó.

Si se consigue sacar adelante esa reforma este año, como Obama espera, “será, en gran parte, gracias al duro trabajo del presidente George W. Bush”, enfatizó hoy su sucesor.

En la misma línea, Clinton dio las gracias a Bush por los “esfuerzos” durante su presidencia para reformar el sistema migratorio y “mantener a Estados Unidos como una nación de inmigrantes”. —AGENCIAS.