El candidato presidencial opositor, Henrique Capriles, descartó el lunes que se vaya a retirar del proceso electoral, y exigió a las autoridades electorales un pronunciamiento sobre la denuncia que realizó un congresista sobre un supuesto plan que estarían preparando algunos altos oficiales para utilizar a militares y milicias para movilizar electores a votar el 14 de abril.
“Aquí no está planteado… ningún retiro de nada”, dijo Capriles en alusión a las afirmaciones de algunos dirigentes oficialistas que han planteado que el candidato opositor podría retirarse a último momento de la contienda electoral alegando presuntas irregularidades en el proceso.
“Ellos (el oficialismo) saben perfectamente que esta elección se va a decidir el 14 de abril”, indicó el dirigente opositor durante una conferencia de prensa al asegurar que “aquí el juego no está cantado”, y que todo puede variar con el transcurrir de la campaña electoral que se inicia oficialmente el martes y se extenderá por 10 días.
Un sondeo de la prestigiosa encuestadora Datanálisis el 11 de marzo dio al candidato oficialista Nicolás Maduro un respaldo de 49,2%, contra el 34,8% para Capriles. Con 800 encuestados vía telefónica, el margen de error fue de 3,40 puntos.
Capriles consideró como “muy grave” la denuncia que realizó en la víspera el diputado opositor, Alfonso Marquina, quien señaló al ministro de Defensa, almirante en jefe Diego Molero, y al general de la Guardia Nacional Antonio Benavides, jefe de un comando regional de la capital, de estar preparando un plan para utilizar a militares y milicias en los próximos comicios para presionar a los electores a sufragar a favor del presidente encargado y candidato oficialista, Nicolás Maduro.
El dirigente, de 40 años, instó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a que fije una posición sobre la denuncia del congresista, y dirigiéndose al oficialismo les dijo, “no tranquen el juego porque ni este es el mismo comando del 7 de octubre (del 2012) ni aquí tenemos la misma posición que teníamos antes”.
“Nosotros toleramos muchos abusos, atropellos, abusos de poder, uso de recursos público”, indicó Capriles al quejarse del pasado proceso electoral, y aseguró que en esta oportunidad a “cada violación que haya aquí, los que estamos aquí las vamos a denunciar frente al país”.
“Todo el mundo sabe que ese otro candidato (Maduro) tiene una silla prestada. No tiene liderazgo… no tiene con que ganarnos un proceso electoral. Entonces necesita los recursos del estado, necesita de toda la estructura de poder del estado para tratar de llevar este proceso electoral”, agregó.
El presidente de la Asamblea Nacional, diputado oficialista Diosdado Cabello, rechazó el lunes los señalamientos de los opositores contra algunos altos oficiales, calificándolos de “ridiculeces”, y dijo a la prensa, durante una visita al estado suroccidental de Mérida, que “no van a poder con una oficialidad bolivariana, revolucionaria, socialista y que además ha actuada apegada a la Constitución y la ley”.
“No van ustedes a poder de ninguna manera empañar la institucionalidad ni la imagen de la fuerza armada”, aseguró.
Capriles anunció que ya tiene listo su eventual equipo ministerial que designará de resultar vencedor en los comicios de este mes, y dijo que como ministro de la Defensa tiene previsto nombrar a un “general activo”, pero no ofreció detalles.
Asimismo, negó que proyecte suspender los suministros de petróleo a Cuba, pero sostuvo que ser elegido presidente “no vamos a regalar ninguna gota de nuestro petróleo, de los venezolanos, para financiar proyectos políticos en otros países, para mantener gobiernos de otros países”.
“De aquí todos los días salen recursos para financiar el gobierno de los señores Castro. Nosotros no vamos a seguir financiando”, indicó el también gobernador del estado central de Miranda al afirmar que Maduro tiene como “mentor” y “jefe” al mandatario cubano Raúl Castro.
En cuanto a las políticas económicas que podría adoptar de ser electo presidente, Capriles dijo que entre sus prioridades estará “derrotar la inflación” y “recuperar la moneda” que sufrió una fuerte devaluación en febrero cuando el gobierno llevó el tipo de cambio de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar. En doce meses, los precios han aumentado 22,8%, lo que hace de Venezuela -donde rige el control de precios y de cambio- uno de los países de la región con la mayor tasa de inflación.