FRANCIA. Diez meses después de su llegada al Elíseo, el presidente socialista François Hollande registró la peor cota de popularidad desde 1981.
Según un sondeo de CSA publicado recientemente, únicamente un 22 % de los franceses lo consideran un buen presidente, mientras que es malo para un 51 %.
Su antecesor, Nicolas Sarkozy, es desde mayo pasado el segundo jefe del Estado -tras Valéry Giscard d’Estaing en 1981- que pierde su reelección. Han pasado diez meses, y todavía un 40 % que dice añorar al exzar Nicolás, mientras en el Twitter nacional triunfa la etiqueta “StopHollande”.
Mientras, en el sondeo de la firma TNS Sofres, según publicó el diario Le Figaro, el gobernante socialista ha fracasado por impulsar el crecimiento económico y tratar de crear empleos.
Los votantes socialistas que llevaron a Hollande a la presidencia en mayo del año pasado se están empezando a cuestionar el modo en que su dirigente maneja una economía cercana a la recesión, y que causa una sangría de empleos en el sector industrial que Francia no vivía desde hace quince años.
La popularidad del socialista cayó 5 puntos en febrero hasta alcanzar el 30% de apoyo; la caída en ese mes entre los votantes socialistas se cifró en 8 puntos, dice TNS Sofres, una compañía de estudios de mercado y de la opinión. Sólo uno de cada tres franceses confía en él y en su capacidad para resolver los problemas económicos que afronta el país.
“Hasta ahora, el Elíseo podía consolarse pensando que al menos contaba con la fidelidad de los votantes de Hollande; esa situación ha terminado”, concluye el estudio de Sofres.
Según el mismo sondeo, el primer ministro galo, Jean-Marc Ayrault, tiene una tasa de respaldo aún menor, un 28%.
Según el sondeo publicado por el periódico Le Parisien, un 68 % de los encuestados dicen estar decepcionados con la gestión de Hollande. Peor aún, casi la mitad de los electores que le votaron en mayo del año pasado, un 44 %, también declara su decepción con el mandatario socialista. Según Le Parisien, un 44% de los que le votaron están decepcionados.
Una mayoría considera que Hollande no cumplirá dos de sus principales promesas. Un 54 % piensa que no será capaz de reducir el paro y un 63% piensa que no respetará su compromiso de no subir los impuestos a las clases medias y populares. —AGENCIAS.