En una carta enviada por la Nunciatura Apostólica en Argentina a todos los arzobispos y obispos del país, el Papa Francisco ha pedido a sus compatriotas que, en lugar de viajar a Roma para acompañarlo en la misa de entronización del próximo 19 de marzo, destinen el dinero que iban a usar con ese fin para “dárselo a los más pobres”.
Así lo publican medios españoles como La Razón y El Mundo.
La misiva fue difundida en el sitio web Aciprensa, en la que el Pontífice recomienda a los argentinos que renuncien a ese “deseo legítimo”, aunque matiza que sí espera que lo acompañen, pero “con oraciones y con la limosna que así ha solicitado para los hermanos más necesitados”, publica La Razón.
La sugerencia del Pontífice abarcaría a la misión del gobierno argentino que viajará a Roma, la cual estará encabezada por la presidenta, Cristina Fernández, quien llegará en el avión oficial “Tango 01” acompañada de ministros, altos funcionarios, jueces, parlamentarios y dirigentes sindicales, consigna El Mundo.
También cuenta que hasta ahora sólo dos senadores han anunciado que no se sumarán a la comitiva oficial, para seguir el llamamiento a la austeridad del argentino Jorge Bergoglio y destinarán los gastos a donaciones.
Agotan los vuelos
Pese al llamado del Pontífice, los argentinos han agotado los pasajes de avión a Roma para asistir el próximo martes 19 a la ceremonia de entronización de su compatriota.
“El Clarín” recoge datos de web como “Despegar.com” para asegurar que “desde el día de la fumata blanca la búsqueda de pasajes a Roma creció un 20 por ciento” y que en los vuelos director de los próximos días hacia la capital de Italia “ya no quedaban muchas plazas libres”.
Añade que la empresa Aerolíneas Argentina, que tiene vuelos directos de Buenos Aires a Roma cada dos días, ha señalado que todos los asientos de los aviones que partirán con rumbo a la capital italiana el sábado y el lunes “están totalmente vendidos”. Agregaron que no está previsto que se programen más vuelos durante los próximos días.
El Mundo indica que ni los elevados precios de los billetes ni las casi 14 horas de vuelo que separan Buenos Aires de Roma han frenado a los argentinos en su deseo de estar en la Plaza de San Pedro el próximo martes.