El Papa Benedicto XVI denuncia que la división en el clero desfigura a la Iglesia

EL PONT??FICE aseguró además ayer que renunció al papado "en plena libertad por el bien de la Iglesia". Hizo esta afirmación al comienzo de la audiencia pública de los miércoles, en su primera aparición pública tras anunciar que renunciará al papado el 28 de febrero

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elsalvador.com

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2013-02-13 8:00:00

En el comienzo de su despedida ante su rebaño, un Benedicto XVI de aspecto cansado celebró su última misa pública como pontífice, al presidir los servicios del Miércoles de Ceniza horas después de que le explicara a los fieles los motivos de su renuncia.

El ánimo en el interior de la Basílica de San Pedro fue sombrío durante la misa, como si el peso de la decisión de Benedicto XVI y la conclusión de su pontificado ya hubieran sido captados plenamente por los miles de fieles presentes. Sin embargo, una ovación de pie que duró varios minutos retumbó en la basílica cuando Benedicto XVI se retiró del lugar por última vez como Papa, lo que provocó que a algunos de sus más estrechos colaboradores se les llenaran los ojos de lágrimas.

“No seríamos sinceros, Su Santidad, si no le dijéramos que esta noche un velo de tristeza envuelve nuestros corazones”, dijo al pontífice con voz entrecortada el cardenal Tarcisio Bertone, quien ha sido por mucho tiempo la mano derecha de Benedicto XVI.

“Gracias por habernos dado el ejemplo luminoso del trabajador humilde y sencillo en la viña del Señor”, dijo Bertone, quien citó las propias palabras de Benedicto XVI cuando se presentó por primera vez en la logia que da a la Plaza de San Pedro tras su elección como Papa.

“¡Viva el Papa!”, gritó la multitud mientras Benedicto XVI se retiraba del altar.

El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, la temporada más solemne del calendario litúrgico de la Iglesia y la cual termina con la Semana Santa, cuando los fieles conmemoran la muerte de Cristo y la resurrección de este el Domingo de Pascua. Para la Pascua, que cae el 31 de marzo, posiblemente la Iglesia tendrá un nuevo Papa.

Benedicto XVI criticó, durante su homilía de la misa del miércoles, las “divisiones del cuerpo eclesiástico” que “desfiguran el rostro de la Iglesia” y ponen en peligro “su unidad”. El Papa ha hecho un llamamiento a “superar los individualismos y rivalidades”.

“El verdadero discípulo no sirve a sí mismo o al público, sino al Señor”, ha indicado Ratzinger durante su homilía, en la que ha insistido varias veces en la importancia de la unidad de la Iglesia. La ceremonia de miércoles de cenizas se ha celebrado en la Basílica de San Pedro en lugar de en la tradicional basílica de Santa Sabina a fin de poder acoger a más fieles.

Benedicto XVI también dijo que Jesús denunció la “hipocresía religiosa, el comportamiento de quienes buscan el aplauso y la aprobación del público”.

Horas antes, el ambiente fue festivo cuando Benedicto XVI adoptó la medida extraordinaria de hablar directamente ante su rebaño sobre las razones por las que había roto una tradición de 600 años y decidió dejar el cargo de Papa el 28 de febrero.

“Como ustedes saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me otorgó el 19 de abril de 2005”, afirmó el pontífice en medio de aplausos. “Hice esto en plena libertad por el bien de la Iglesia”.

Agradeció a los fieles sus oraciones y amor, que él dijo había “sentido físicamente estos días que no han sido fáciles para mí”. Pidió a los creyentes que “continúen orando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa”.

Con semblante cansado pero sereno, el jerarca católico de 85 años recibió una ovación de pie cuando ingresó en una sala repleta para su tradicional lección de catecismo de los miércoles. Mientras emitía su discurso el Papa fue interrumpido repetidamente por los aplausos y muchos entre los miles de asistentes a la audiencia tenían lágrimas en los ojos.

“(Benedicto XVI) nos dio ocho años maravillosos de sus palabras”, aseveró la italiana Ileana Sviben, de la ciudad norteña de Trieste y que no podía ocultar su tristeza. “Fue un teólogo y pastor maravilloso”.

A fin de garantizar una transición papal sin contratiempos, Benedicto XVI hizo ayer un nombramiento importante: nombró al segundo administrador en importancia del Vaticano, monseñor Giuseppe Sciacca, como asesor jurídico del camarlengo.

El camarlengo ayuda a la administración de la burocracia vaticana durante el periodo entre la renuncia de Benedicto XVI y la elección del nuevo Papa. El actual camarlengo es Bertone, secretario de Estado vaticano.

Las presentaciones públicas finales de Benedicto XVI “su última audiencia general tendrá lugar el 27 de febrero” atraerán grandes multitudes previsiblemente, ya que constituirán algunos de los últimos discursos en público de un hombre que ha dedicado su vida “como sacerdote, cardenal y Papa” a la enseñanza y la predicación de la palabra de Cristo.

También serán medio para que los fieles se despidan de Benedicto XVI en circunstancias más felices que cuando el predecesor de éste, Juan Pablo II, falleció en 2005. —AGENCIAS