Obama debe cumplir con reforma migratoria

Muchos compatriotas y líderes comunitarios, radicados en la costa este de los Estados Unidos, formaron parte del movimiento cívico que dio a Barack Obama un segundo periodo como Presidente. El llamado es uno solo: que tienda un puente político con el Partido Republicano y cumpla la reforma migratoria integral que prometió.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Tomás Guevara y Carmen Tamacas - Corresponsales en EE.UU.

2013-01-19 12:00:00

Emigraron en distintos momentos, de acuerdo con sus propias circunstancias y a destinos diferentes, pero tienen una historia común: siguen sintiéndose salvadoreños y desean lo mejor para su gente, tanto en Estados Unidos como en sus pueblos natales.

Los compatriotas radicados en la costa este de Estados Unidos se caracterizan por su gran nivel organizativo; en Washington DC., Nueva York y Nueva Inglaterra, muchos dicen con orgullo que forman parte de ese 71 por ciento de hispanos que ayudaron a que Barack Obama fuera reelecto en noviembre de 2012 como el 44º mandatario del país.

Ahora, a las puertas de su segunda investidura, los compatriotas se unen en un mismo llamado: que supere los obstáculos políticos y que cumpla con la reforma migratoria integral que ha prometido.

El principal desafío en el segundo término del presidente Obama, es unir a las dos fuerzas políticas nacionales, demócratas y republicanos, para poder ayudar al país en temas de alta importancia como la economía e inmigración.

El problema fiscal y la urgente necesidad de enmendar el caótico sistema migratorio de este país, pudieran ser dos de las avenidas para que el Presidente con la Cámara (de Representantes) dividida puedan llegar a mejores fines públicos”, resume Giovanni Mata, un activista pro inmigrantes de Long Island (Nueva York).

Obama prometió volver a gobernar con apoyo bipartidista, añade el presidente de la organización Valores de la Familia Hispana. “Falta que ver que sus reajustes tácticos sean la mejor destreza política para poder lograr sacar al país del fiasco económico”, espetó.

Aunque es reconocido por su carisma y su carácter histórico -Obama es el primer presidente afroamericano- en su primer periodo y en la carrera hacia la reelección ejecutó medidas y tocó temas que fueron rechazados o que no agradaron a aquellos que ya estaban decididos a votar por él.

Miguel Ramírez, veterano activista pro inmigrantes en Nueva York, recuerda su asistencia a una cumbre de afroamericanos y latinos en Los Ángeles, en el contexto de la primera campaña electoral de Obama, hace 5 años. Allí, los dirigentes afroamericanos pusieron sus manos en el fuego porque si ganaban la elección, la tan ansiada reforma migratoria llegaría en menos de un año.

“Eso fue lo que hicimos”, asegura Ramírez, quien en ese momento participó como directivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinas y Caribeñas. “Y nos resultó que el Gobierno rompió récord con las deportaciones”, lamentó.

Por ejemplo, en su mandato no se han detenido las deportaciones. Entre 2008 y 2012 se calcula que fueron deportadas por lo menos 1 millón 834 mil personas; el gobierno estadounidense afirma que la gran mayoría posee antecedentes criminales.

La administración Obama no cede en las deportaciones porque es la carta en la que demuestra que cumple con la ley, lo cual le sirve para hacer negociaciones políticas, analizó por su parte Luis Ernesto Montes, encargado de relaciones de Suffolk, el más grande de los cuatro condados de Long Island (Nueva York).

El apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo es otro de esos temas. Carlos Castro, un empresario propietario de dos supermercados en el condado de Prince William (Virginia), cree que esa acción del Presidente resintió a muchos votantes.

“Eso tuvo efectos negativos en muchos hispanos que no estamos de acuerdo, pero no tuvimos alternativa, porque el otro era peor”, afirmó el compatriota, refiriéndose a la postura totalmente opuesta que sobre éste y otros temas tenía el contrincante más fuerte en la carrera hacia la Casa Blanca, el republicano Mitt Romney.

Castro rechaza además que, como parte de las políticas sociales destinadas a paliar los efectos de la crisis económica, el Gobierno haya extendido por un año los beneficios a muchas personas que no tienen empleo. “Hay mucha gente que se está acostumbrando a recibir el cheque, se hacen haraganes, y eso hace mucho daño al país”, apuntó.

Las esperanzas

Luis Ernesto Montes hace un balance positivo del primer periodo de Obama, y menciona que echó a andar la reforma de salud; tarde y sin efecto retroactivo pero logró un acuerdo con la oposición para evitar el “abismo fiscal” que favorecerá con un recorte de impuestos a las familias que tengan un ingreso menor que 450 mil dólares al año.

Creen que un segundo periodo dará al Presidente más libertad para cumplir sus promesas pendientes desde la primera campaña. “Nosotros, los salvadoreños y latinos en general en Estados Unidos entendimos que íbamos a estar en mejor situación con él, porque la otra persona (el candidato republicano) no entiende nuestros intereses”, destacó Antonio Martínez, el único compatriota que ostenta un cargo de elección pública en el Estado de Nueva York (Town of Babylon).

Martínez indicó que la aprobación de la Acción Diferida que beneficia a jóvenes estudiantes que llegaron de forma ilegal a Estados Unidos siendo niños con la oportunidad de aplazar su deportación y lograr autorización para trabajar, es una luz al final del túnel de la gran deuda que tiene el país con 11 millones de inmigrantes.

Ese fue un factor determinante para despertar la conciencia social de los hispanos aptos para votar.

Así opina también Elmer Arias, director de la Fundación para la Educación Socioeconómica y Cultural (Fupec), con sede en Washington DC. Con su organización trabajó de cerca para la campaña de reelección de Obama.

El desafío para el Presidente, en su segundo mandato, es superar el obstáculo principal: la negativa de los legisladores del Partido Republicano a dar vía libre a la legalización de los inmigrantes indocumentados. “Ellos creen que entre más hispanos legalizados, habrá más votos para los demócratas”, apuntó Arias.

Obama tiene entre sus manos una coyuntura complicada, debido a la crisis económica que atraviesa el país. Pero tiene que responder a esa “minoría” hispana que lo reeligió; “si vemos que no apoya (la reforma migratoria) en las próximas elecciones presidenciales va a ver a los latinos más fuertes. Hoy sí (los latinos) ya podemos quitar y poner presidentes”, afirmó.

El escenario para las elecciones presidenciales de 2016 es claro: los demócratas deben cumplir la promesa migratoria para mantener el apoyo de los latinos. Si los republicanos de verdad quieren recuperar el poder deben cambiar su discurso sobre ese tema.

Su postura es respaldada por Francisco Ramírez, integrante del comité “Santa Marta” del área de Washington DC. Él reconoce que si bien por el estatus migratorio miles de hispanos no pudieron votar, sí participaron en movilizaciones, registro de votantes y formación de la conciencia ciudadana para lograr la reelección de Obama. Y así fue. Hoy esperan que cumpla.

“Vamos a estar detrás”, sentencia por su parte Elizabeth Oliveira, directora ejecutiva de la Red de Comunidades Salvadoreñas con sede en Long Island, Nueva York. “Yo voté, mi hija también. Creemos que (Obama) sí está comprometido y esperamos que esa reforma integral se dé”, apuntó.

En Nueva Jersey, la expectativa es la misma. Daniel Menjívar, del Comité Humanitario que recauda fondos para quienes lo necesitan añadió: “Hay miles de salvadoreños que están esperando solucionar su situación migratoria. Obama lo prometió y algo se ha visto y esperamos que se pueda brindar esa ayuda que estamos esperando”, dijo.

Una delegación de 40 activistas hispanos de Nueva Inglaterra (esquina noreste de los Estados Unidos que comprende los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut) participará como invitada en la juramentación de Obama. Siete de ellos son salvadoreños y llegarán a Washington con la esperanza del cumplimiento de las promesas migratorias.

José Gutiérrez, originario de Yucuaiquín (La Unión) es parte del grupo y como todos espera el cumplimiento de la promesa por la que él dio su voto. “Reconocemos que es difícil. Esperamos que la tan ansiada reforma migratoria se dé, porque para nuestra gente significaría muchas cosas; se reintegrarían familias y fluiría la comunicación”. En síntesis, la legalización mejoraría las condiciones de vida de miles de familias aquí y allá, puntualizó.Emigraron en distintos momentos, de acuerdo con sus propias circunstancias y a destinos diferentes, pero tienen una historia común: siguen sintiéndose salvadoreños y desean lo mejor para su gente, tanto en Estados Unidos como en sus pueblos natales.

Los compatriotas radicados en la costa este de Estados Unidos se caracterizan por su gran nivel organizativo; en Washington DC., Nueva York y Nueva Inglaterra, muchos dicen con orgullo que forman parte de ese 71 por ciento de hispanos que ayudaron a que Barack Obama fuera reelecto en noviembre de 2012 como el 44º mandatario del país.

Ahora, a las puertas de su segunda investidura, los compatriotas se unen en un mismo llamado: que supere los obstáculos políticos y que cumpla con la reforma migratoria integral que ha prometido.

El principal desafío en el segundo término del presidente Obama, es unir a las dos fuerzas políticas nacionales, demócratas y republicanos, para poder ayudar al país en temas de alta importancia como la economía e inmigración.

El problema fiscal y la urgente necesidad de enmendar el caótico sistema migratorio de este país, pudieran ser dos de las avenidas para que el Presidente con la Cámara (de Representantes) dividida puedan llegar a mejores fines públicos”, resume Giovanni Mata, un activista pro inmigrantes de Long Island (Nueva York).

Obama prometió volver a gobernar con apoyo bipartidista, añade el presidente de la organización Valores de la Familia Hispana. “Falta que ver que sus reajustes tácticos sean la mejor destreza política para poder lograr sacar al país del fiasco económico”, espetó.

Aunque es reconocido por su carisma y su carácter histórico -Obama es el primer presidente afroamericano- en su primer periodo y en la carrera hacia la reelección ejecutó medidas y tocó temas que fueron rechazados o que no agradaron a aquellos que ya estaban decididos a votar por él.

Miguel Ramírez, veterano activista pro inmigrantes en Nueva York, recuerda su asistencia a una cumbre de afroamericanos y latinos en Los Ángeles, en el contexto de la primera campaña electoral de Obama, hace 5 años. Allí, los dirigentes afroamericanos pusieron sus manos en el fuego porque si ganaban la elección, la tan ansiada reforma migratoria llegaría en menos de un año.

“Eso fue lo que hicimos”, asegura Ramírez, quien en ese momento participó como directivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinas y Caribeñas. “Y nos resultó que el Gobierno rompió récord con las deportaciones”, lamentó.

Por ejemplo, en su mandato no se han detenido las deportaciones. Entre 2008 y 2012 se calcula que fueron deportadas por lo menos 1 millón 834 mil personas; el gobierno estadounidense afirma que la gran mayoría posee antecedentes criminales.

La administración Obama no cede en las deportaciones porque es la carta en la que demuestra que cumple con la ley, lo cual le sirve para hacer negociaciones políticas, analizó por su parte Luis Ernesto Montes, encargado de relaciones de Suffolk, el más grande de los cuatro condados de Long Island (Nueva York).

El apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo es otro de esos temas. Carlos Castro, un empresario propietario de dos supermercados en el condado de Prince William (Virginia), cree que esa acción del Presidente resintió a muchos votantes.

“Eso tuvo efectos negativos en muchos hispanos que no estamos de acuerdo, pero no tuvimos alternativa, porque el otro era peor”, afirmó el compatriota, refiriéndose a la postura totalmente opuesta que sobre éste y otros temas tenía el contrincante más fuerte en la carrera hacia la Casa Blanca, el republicano Mitt Romney.

Castro rechaza además que, como parte de las políticas sociales destinadas a paliar los efectos de la crisis económica, el Gobierno haya extendido por un año los beneficios a muchas personas que no tienen empleo. “Hay mucha gente que se está acostumbrando a recibir el cheque, se hacen haraganes, y eso hace mucho daño al país”, apuntó.

Las esperanzas

Luis Ernesto Montes hace un balance positivo del primer periodo de Obama, y menciona que echó a andar la reforma de salud; tarde y sin efecto retroactivo pero logró un acuerdo con la oposición para evitar el “abismo fiscal” que favorecerá con un recorte de impuestos a las familias que tengan un ingreso menor que 450 mil dólares al año.

Creen que un segundo periodo dará al Presidente más libertad para cumplir sus promesas pendientes desde la primera campaña. “Nosotros, los salvadoreños y latinos en general en Estados Unidos entendimos que íbamos a estar en mejor situación con él, porque la otra persona (el candidato republicano) no entiende nuestros intereses”, destacó Antonio Martínez, el único compatriota que ostenta un cargo de elección pública en el Estado de Nueva York (Town of Babylon).

Martínez indicó que la aprobación de la Acción Diferida que beneficia a jóvenes estudiantes que llegaron de forma ilegal a Estados Unidos siendo niños con la oportunidad de aplazar su deportación y lograr autorización para trabajar, es una luz al final del túnel de la gran deuda que tiene el país con 11 millones de inmigrantes.

Ese fue un factor determinante para despertar la conciencia social de los hispanos aptos para votar.

Así opina también Elmer Arias, director de la Fundación para la Educación Socioeconómica y Cultural (Fupec), con sede en Washington DC. Con su organización trabajó de cerca para la campaña de reelección de Obama.

El desafío para el Presidente, en su segundo mandato, es superar el obstáculo principal: la negativa de los legisladores del Partido Republicano a dar vía libre a la legalización de los inmigrantes indocumentados. “Ellos creen que entre más hispanos legalizados, habrá más votos para los demócratas”, apuntó Arias.

Obama tiene entre sus manos una coyuntura complicada, debido a la crisis económica que atraviesa el país. Pero tiene que responder a esa “minoría” hispana que lo reeligió; “si vemos que no apoya (la reforma migratoria) en las próximas elecciones presidenciales va a ver a los latinos más fuertes. Hoy sí (los latinos) ya podemos quitar y poner presidentes”, afirmó.

El escenario para las elecciones presidenciales de 2016 es claro: los demócratas deben cumplir la promesa migratoria para mantener el apoyo de los latinos. Si los republicanos de verdad quieren recuperar el poder deben cambiar su discurso sobre ese tema.

Su postura es respaldada por Francisco Ramírez, integrante del comité “Santa Marta” del área de Washington DC. Él reconoce que si bien por el estatus migratorio miles de hispanos no pudieron votar, sí participaron en movilizaciones, registro de votantes y formación de la conciencia ciudadana para lograr la reelección de Obama. Y así fue. Hoy esperan que cumpla.

“Vamos a estar detrás”, sentencia por su parte Elizabeth Oliveira, directora ejecutiva de la Red de Comunidades Salvadoreñas con sede en Long Island, Nueva York. “Yo voté, mi hija también. Creemos que (Obama) sí está comprometido y esperamos que esa reforma integral se dé”, apuntó.

En Nueva Jersey, la expectativa es la misma. Daniel Menjívar, del Comité Humanitario que recauda fondos para quienes lo necesitan añadió: “Hay miles de salvadoreños que están esperando solucionar su situación migratoria. Obama lo prometió y algo se ha visto y esperamos que se pueda brindar esa ayuda que estamos esperando”, dijo.

Una delegación de 40 activistas hispanos de Nueva Inglaterra (esquina noreste de los Estados Unidos que comprende los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut) participará como invitada en la juramentación de Obama. Siete de ellos son salvadoreños y llegarán a Washington con la esperanza del cumplimiento de las promesas migratorias.

José Gutiérrez, originario de Yucuaiquín (La Unión) es parte del grupo y como todos espera el cumplimiento de la promesa por la que él dio su voto. “Reconocemos que es difícil. Esperamos que la tan ansiada reforma migratoria se dé, porque para nuestra gente significaría muchas cosas; se reintegrarían familias y fluiría la comunicación”. En síntesis, la legalización mejoraría las condiciones de vida de miles de familias aquí y allá, puntualizó.Tomás Guevara y Carmen Tamacas – Corresponsales en EE.UU.