La carrera de Ciencias Jurídicas, la histórica favorita

Ciencias Jurídicas y Administración en Empresas son las carreras que han tenido más graduados y estudiantes de nuevo ingreso durante nueve años.

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El estatus y las oportunidades laborales influye al momento de escoger una carrera.

Por Xenia González Oliva

2017-06-28 10:09:04

En el año 2006, entre todas las universidades, solo de la carrera de ciencias jurídicas se graduaron 2,195 estudiantes. El año siguiente, en 2007, hubo 2,219 graduados de la misma carrera. La cantidad de futuros abogados graduados en ambos años casi equivale a la misma cantidad de todos los graduados, de todas las áreas, que tuvo la Universidad de El Salvador (UES) en 2006, con 2,677 estudiantes.

Desde entonces hasta el año 2015 hay una disminución gradual de la cantidad de graduados y estudiantes que se inscriben en ciencias jurídicas; aunque las cifras de salvadoreños que la escogen aún son altas.

En 2015 hubo 1,342 graduados de ciencias jurídicas, ese mismo año hubo 1,606 nuevos ingresos a la carrera. Al contrario, en 2015, hubo 56 graduados de ingeniería mecánica y 531 de ingeniería industrial.

“No hay nunca un año en que haya pocos estudiantes”, dice William Santamaría, docente de la Faculta de Derecho de la Universidad de El Salvador. Como estudiante aprendió a conseguir un asiento en los salones de clase que están acoplados para 30 estudiantes, pero que reciben grupos de más de 50 estudiantes. Como docente tiene grupos de más de 100; entre los tres grupos de clase a su cargo actualmente casi tiene 300 estudiantes.

Santamaría entró a la universidad en 2007, para ese entonces su pasión residía principalmente en la lectura y faltó poco para que escogiera la carrera de letras. “Pero me puse a reflexionar??? ¿Qué es lo que voy a comer? ¿Quiénes son los licenciados en letras y en qué trabajan?”. Las respuestas no fueron alentadoras, por lo que tuvo que buscar una carrera que, según él, fuera similar a letras, que le permitiera estar relacionado con la lectura, pero también con problemas sociales.

“¿Por qué no escogí sociología? Tal vez fue el tema del estatus. Siempre se ha visto que como abogado uno tiene más posibilidades de desempeñarse en varias cosas y tiene reconocimiento”, se explica Santamaría al recordar cómo tomó su decisión.

Algo que ha observado, como estudiante y como docente, son las vagas ideas del derecho que existen al iniciar la carrera, relacionadas a ideales de justicia o del abogado que deslumbra durante un juicio. Pero cuando comienzan a ver materias jurídicas muchos se desaniman o entran en un conflicto moral cuando, en algunos casos, se les enseñan formas para salir “bien librados”, sin importar si están del lado de la justicia o no.

En el caso de la UES y la carrera de derecho, en particular, la deserción tiende a ocurrir por el rendimiento, considera Santamaría. “Mucha gente tiene problemas terribles con el hábito de la lectura. No es culpa de ellos, hay problemas desde el sistema educativo primario y no solo es leer, también es necesario analizar”.

El huir de las matemáticas lleva a muchos hacia la carrera, aunque no habían considerado que deben estar dispuestos a leer mucho y saber interpretar adecuadamente todo lo que leen. “Un abogado también tiene la responsabilidad de una vida entre sus manos, no puedo no leer bien, ¿qué tal si no vi algo entre líneas y mi defendido va 30 años a la cárcel por eso?”.

Un campo laboral saturado

Es posible que una de las razones detrás de la reducción de la cantidad de estudiantes que escogen la carrera, respecto a hace nueve años, es el problema del desempleo y del subempleo que enfrentan muchos de los graduados de ciencias jurídicas, valora Santamaría.

“Lo pueden contratar en una ONG por el mínimo y ahí está porque ni modo. Entonces la gente se frustra. Está lo otro: trabajo individual en una oficinita”. El poder litigar de forma independiente, el ejercicio libre de la profesión, es lo que llama la atención a muchos para estudiar la carrera, el problema es que cada vez más se puede ver a notarios que cobran $10 o $15 por una escritura que normalmente podría costar $100, para recibir más clientes, aunque la calidad y los estándares no sean los mismos.

“Se ha producido una cultura de darse una zancadilla entre nosotros. Es un poco mezquino. Entonces, se da bastante el subempleo y la desvalorización de la carrera”.

¿El país tiene suficientes abogados? Santamaría cree que hay un poco de realidad en la pregunta ante el nivel de saturación que rodea a la carrera. Sin embargo, apunta a la necesidad de recuperar a los graduados y capacitarlos a nivel de posgrado.

“Nos hace falta el derecho ambiental. Solo hay una materia en la carrera que está desde antes de que se crearan los juzgados ambientales, hay que fortalecer este punto”, señala. Además, advierte que tampoco se imparten materias relacionadas al derecho electoral: La relación del derecho electoral con la política y la democracia es enorme, pero no tenemos abogados expertos en resolver esa clase de problemas. A la merced de los partidos políticos nos estamos jugando la democracia”.

El país aún cuenta con pocas opciones de doctorado, pero la que, hasta 2015, tenía más graduados y estudiantes inscritos es el doctorado en derecho privado.

Para quienes decidan estudiar ciencias jurídicas, Santamaría recomienda no decidirse por ella solo por buscar estatus, pues que muchos la eligen solo por ese factor. “Claramente valoran mucho del estatus y en el primer año son barridos; pasa bastante”, comenta.