Cuando Nelson Flores emigró de El Salvador en 1989, con la idea de trabajar seis meses, comprar un carro y regresar al país para terminar su carrera de ingeniero en computación, no imaginó que años después de convertiría en el “padrino” de Puerto El Triunfo.
“Para los días en que estoy acá hay una ofensiva en El Salvador y matan a los padres jesuitas de la Universidad Católica donde yo estudiaba y decido quedarme en Estados Unidos”, contó Flores a elsalvador.com
El connacional, de 47 años de edad, es uno de los salvadoreños más reconocidos por su trabajo filantrópico dentro de la comunidad activa salvadoreña en Los Ángeles.
“El deseo de ayudar viene de mi padre y mi madre que siempre estuvieron envueltos con la comunidad en mi pueblo y me enseñaron lo importante de ayudar a los más necesitados”, comentó el ingeniero Flores, quien trabaja como encargado de producción e inventario en una compañía de investigación científica en cromatografía.
Fue en el verano de 1995 cuando surgió el Comité el Pescador con la idea de comprar cuatro computadoras para la escuela más grande de Puerto El Triunfo, Usulután.
“En los nueve años de trabajo, puedo contar entre los proyectos más grandes el de nueve centros de cómputo, tres aulas, un laboratorio de ciencias y el envío de una ambulancia”, precisó.
Aseguró que esos proyectos han quedado plasmados no solo en la comunidad de Puerto El Triunfo sino en diferentes comunidades de El Salvador.
“Hemos ayudado a otras poblaciones, cuando han ocurrido deslaves hemos enviado comida y también en la repatriación de salvadoreños al país”, dijo.
La ayuda también se ha dado en Estados Unidos con el equipo de fútbol y béisbol de la escuela de la Vermont y Washington en Los Ángeles. También fueron socios del censo del 2010.
“Lo más difícil de ayudar es hacerle entender a la comunidad de este trabajo, porque muchos son como a Dios rogando con el mazo dando, podemos ver comentarios en Facebook ‘Dios mío hay que orar por ellos”, cuando ocurre una desgracia pero en realidad no hacemos nada, no nos tocamos la bolsa y decimos aquí hay 10 dólares para colaborar”, dijo refiriéndose a lo difícil que es lograr unir a la comunidad.
El comité tiene planeado terminar tres proyectos este año, uno ellos es en una escuela en la que los estudiantes estaban siendo asediados por las pandillas.
“Les construimos un aula para el grado 9 y así los niños no tiene que ir hasta la otra escuela que está en el otro territorio”, explicó Flores.
En otro centro educativo están construyendo el techado del patio el cual servirá como auditorio y para prácticas deportivas.
El tercer proyecto es el apoyo con 20,000 dólares que serán donados a través del Banco Interamericano a una cooperativa artesanal de personas que trabajan el morro y el cutuco, en San Miguel.
“Esto va a resultar en el impulso y compra de equipo para que ellos trabajen profesionalmente la artesanía y la preparación de la Horchata, este es el segundo proyecto que hacemos con el Banco Interamericano”, dijo Flores.
En Puerto El Triunfo llevaron a cabo una donación por el mismo valor a unos pescadores y a madres solteras que trabajan el coco para hacer artesanías y dulces.
“Tres años después 26 familias viven ya de ese proyecto”, expresó complacido Flores.
El Comité el Pescador lo componen diez miembros y un grupo de voluntarios que los apoya sus eventos. “Nadie recibe un cinco de esto. Trabajamos, ponemos nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y cuando es necesario donamos de nuestra parte para llevar a cabo los proyectos”, puntualizó el connacional.