Debemos partir por lo básico y saber qué es lo que nuestro cuerpo necesita para funcionar de manera eficiente y sin problemas, los tres grupos alimenticios básicos son los que debemos considerar: Proteínas, grasas y carbohidratos.
El tema es ¿qué fuente de estos grupos es la que voy a tomar en cuenta para convertirla en mi lista de compras e ingesta alimenticia diaria?
Por hoy la mayoría de personas hecha mano de comidas preparadas, enlatadas, congeladas, llena de colorantes, saborizantes y preservantes artificiales que nuestro organismo no reconoce, pues no son de origen natural y por esa razón le creamos estrés y enfermedad.
La mayoría de personas se preocupan por lograr un peso “sano y adecuado”, no teniendo mayor consciencia de la calidad de alimentos que ingieren, contar calorías es la máxima preocupación de la gran mayoría.
En general tendemos a no ver los alimentos en función de sus propiedades nutricionales, sino simplemente como algo para satisfacer el hambre y el paladar. Si logramos tomar conciencia de la gama de funciones que tienen los alimentos en el cuerpo es posible ajustar nuestra dieta lo necesario para conservar nuestra salud.
Por lo tanto, además de tener ante nosotros un plato vistoso y delicioso, debemos conocer los objetivos a alcanzar a la hora de alimentarnos y estos son:
· Crear una buena calidad de sangre (ligeramente alcalina).
· Fortalecer nuestro sistema inmunológico.
· Obtener energía para desarrollar con facilidad nuestras actividades.
Por esta razón es muy importante conocer sobre los alimentos, sus perfiles nutricionales y así poder tomar las mejores decisiones.
¿Cómo hacerlo bien?
Si hemos caído en la “practicidad y la rápidez” alimenticia y hemos sacrificado la calidad de la misma olvidándonos de cocinar en casa por los motivos que sean: falta de tiempo, desgano, no contar ayuda, porque no nos gusta y creemos que no tenemos habilidad para ella, debemos hacer un alto y preguntarnos ¿de que manera logramos equilibrarnos nuevamente?
Seguramente a esta alturas ya estarás experimentando sobrepeso, problemas con el colesterol, triglicéridos, dificultades digestivas, falta de energía y problemas de movilidad y en las articulaciones.
El primer y gran paso que podemos tomar es alejarnos lo más posible de:
· Grasas animales: carnes (res, cerdo, pollo), embutidos, excesos de lácteos.
· Grasas industriales: mantecas y margarinas.
· Azúcares refinados: pasteles, repostería, azúcar refinada, edulcorantes artificiales, gaseosas, etc.
· Exceso en el consumo de productos crudos.
· El alcohol y vinagres.
Y comenzar a incluir o incrementar nuestro consumo de:
· Cereales integrales (arroz, pasta) para darnos energía y vitalidad
· Raciones de frutas y verdura: nos aportan fibra, clorofila, minerales.
· Consumo de proteínas vegetales: leguminosas, seitán (proteína de trigo), frutos secos, semillas, tofu: para construir y reparar el cuerpo.
· Grasas insaturadas: semillas, aguacate, aceitunas, aceites vegetales de semillas prensados en frío: nos aportan buena calidad de grasa.
· Algas (verduras de mar): regulan el PH de la sangre, tonifican el sistema nervioso, huesos, músculos y nos ayudan a depurar todo nuestro organismo.
Hábitos y prácticas
Es importante hacer una revisión y si es necesario realizar cambios que nos beneficien como:
· Retomar y volver a la cocina en casa (que también nos permitirá tener interacción familiar.
· Buscar información, aprender e instruirse.
· ¡Amarnos! Respetarnos y escuchar con atención las necesidades y los deseos de nuestro cuerpo y emociones.
· Tener paciencia con nosotros mismos, los cambios rápidos no duran,estamos construyendo una forma de vida sana y sólida para crear calidad en nuestras vidas.
Estamos todos invitados a cuidar de nuestro cuerpo y a comprometernos a mantenerlo en las mejores condiciones posibles, la alimentación que elijamos es nuestra responsabilidad.
Nora Isabel Cruz, Directora Naturaland. Especialista en Cocina Saludable y Energética
naturalandsv@gmail.com