Stephen Hawking: “Mira a las estrellas, no a los pies”

El físico teórico más reconocido de su era, fallecido el martes, escribió sobre los misterios del espacio, el tiempo y los agujeros negros. Sus publicaciones se volvieron éxitos de ventas a nivel internacional, convirtiéndolo en una de las mayores celebridades del mundo científico desde Albert Einstein.

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elsalvador.com

Por Agencias

2018-03-14 9:06:28

El físico británico Stephen Hawking, fallecido el martes a los 76 años, contribuyó a arrojar luz al enigma de los agujeros negros y fue uno de los divulgadores científicos más célebres del último siglo a pesar de una parálisis progresiva que le marcó desde la juventud.

Los médicos le dieron dos años de vida cuando tenía 21 por una esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que minó su capacidad para moverse y comunicarse, pero Hawking superó ese límite, como la mayoría de los que se le presentaron.

Ocupó durante tres décadas (1979-2009) la cátedra Lucasiana de Matemáticas en Cambridge, la misma que Isaac Newton, hizo contribuciones fundamentales para la cosmología moderna y supo además trasladarlas al lenguaje popular en libros como “Una breve historia del tiempo”, del que se han vendido más de 10 millones de copias.

Tres grandes advertencias que hizo Stephen Hawking antes de morir

Más de una vez, en sus charlas, conferencias y entrevistas, el científico alertó sobre estos temas que podrían significar el fin de la humanidad

Hawking, quien se casó dos veces y tuvo tres hijos, se refugió en la física teórica para escapar de un cuerpo que le resultaba una cárcel y, 11 años después del dictamen que le auguraba una muerte casi inminente, postuló una predicción científica que resultó más exacta que la de sus doctores: la existencia de la llamada radiación de Hawking.

El cosmólogo supo relacionar las ecuaciones de la relatividad de Einstein con la mecánica cuántica para identificar las únicas partículas que pueden escapar del horizonte de sucesos de un agujero negro, una frontera que ni siquiera la luz puede cruzar y que hasta entonces se consideraba infranqueable.

Su hallazgo facilitó la detección de agujeros negros y propició, entre otros, el descubrimiento de que en el centro de nuestra galaxia se oculta uno de ellos (Sagitario A).

Hawking nació en Oxford el 8 de enero de 1942 -el día del 300 aniversario de la muerte de Galileo, como le gustaba subrayar-.

Stephen Hawking, una extraordinaria vida llevada a la televisión y al cine

Películas, series de televisión y documentales fueron algunas de las producciones que se realizaron entorno a la vida del científico británico. Conócelas:

Sus padres se habían refugiado en esa localidad inglesa para proteger a su descendencia de los bombardeos de la Luftwaffe alemana sobre Londres.

Los Hawking -Frank, médico, e Isobel, licenciada en filosofía, política y economía- eran un matrimonio económicamente modesto pero preocupado por ofrecer la mejor educación posible a Stephen y sus tres hermanos, Philippa, Mary y Edward.

Stephen no sobresalió en el colegio -“Mi promoción fue francamente inteligente”, se excusó con ironía en alguna ocasión-, y lo hizo de un modo peculiar en Oxford, donde llamó la atención de sus profesores por su facilidad para las matemáticas, pero no se preocupó por mantener un expediente brillante.

Nadie recuerda al Stephen Hawking de entonces como un estudiante gris, encerrado en sus libros, sino como un joven amante de las discusiones, algo presuntuoso, que marcaba el ritmo como timonel en la embarcación de remo de su residencia universitaria.

La Universidad Inglesa de Cambridge destacó ayer que el físico británico fue una “inspiración para millones” de personas y deja al mundo “un legado imborrable”.

Sus logros y su longevidad ayudaron a probar a muchos, que incluso las discapacidades más graves no tienen por qué impedir que los enfermos sigan viviendo.