Era el año 1998 y en la escena internacional dominaban cantantes juveniles como Britney Spears, Christina Aguilera y las Spice Girls.
Un par de años antes Madonna había alcanzado la cima del éxito con los discos “Bedtime Stories” (1994) y “Erotica” (1992) en los que presentó una imagen liberal y polémica por hablar abiertamente sobre sexualidad.
Tras el abrumador éxito, muchos aseguraban que su carrera solo podría descender.
Pero la industria musical, sus fans y hasta sus detractores fueron sorprendidos por una Madonna que regresó con el disco “Ray of Light” bajo el hombro.
Se trataba de una producción completamente diferente a las de antes, ya que mostró un lado desconocido y con el cual ganó el respeto de los críticos.
“Es uno de los discos donde Madonna experimenta con otros sonidos, estilos y colores dentro de la música. Expone otra cara y otra faceta de sí misma. Es un disco, yo lo siento, muy personal y muy adelantado a su tiempo”, opina el locutor Marvin Siliezar.
“Ray of Light” contiene sonidos techno, trance, house, rock, new wave y música clásica. Una mezcla novedosa para finales de los 90.