“Todo era maravilloso, me sentía genial, pero de pronto todo se torció”, comienza a relatar Serena Williams a la revista Vogue.
(Portada de la revista Vogue)
La tenista no había querido abordar su traumática experiencia que vivió solo unos días después de dar a luz y antes de ello. Sin embargo ya pasaron varios meses desde que Alexis Olimpia naciera, el 1 de septiembre para ser exactos, y la morena finalmente abrió su corazón para dar los detalles de cada suceso.
Al principio Alexis no iba a nacer por una cesárea, pero los médicos descubrieron que su respiración era bastante lenta, así que decidieron actuar de inmediato.
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El segundo susto ocurrió cuando llevó a su niña a casa. Una vez instalados todos Williams experimentó dificultad para respirar. Eso la condujo al hospital donde le dieron la mala noticia que había varios coágulos de sangre en sus pulmones.
Eso probablemente era el regreso de aquella embolia pulmonar que sufrió en 2011 y que le dio tremenda recaída.
A causa de la tos que le provocaron los coágulos, la cicatriz de la cesárea se le abrieron. Afortunadamente esa fue la última mala experiencia porque tras eso, la tenista ha vuelto a tener una vida normal y contenta al lado de su hija.
“Me he venido abajo varias veces e incluso me he enfadado, pero luego me siento culpable de estar tan triste cuando tengo a una hija preciosa”, reconoce.