Los artistas Rodolfo Oviedo Vega y Guillermo Perdomo son los protagonistas de una exposición de pintura y escultura que fue inaugurada el jueves por la noche en el Museo Forma.
Dos estilos diferentes impregnados de talento volvieron a coincidir para mostrar sus últimas creaciones.
“Para nosotros es maravilloso que artistas de esta calidad puedan exponer en nuestro museo, creemos que esa es nuestra función, difundir arte y darle proyección a los talentos nacionales”, dijo Anabella Menjijvar, vicepresidenta de la Fundación Julia Díaz.
En la muestra ambos artistas ofrecen dos propuestas creativas. Por un lado, Rodolfo Oviedo brinda en sus pinturas una especie de “diario de viaje” en las cuales ha incorporado materiales que recolectó en diferentes lugares para ponerlos en sus pinturas, en ellos plasmó sus recuerdos de una manera abstracta.
Resaltan colores, texturas y materiales diversos como hoja de cocotero, hoja de oro y hasta retazos de jeans que ha utilizado al visitar diferentes ciudades.
“Cada cuadro es una historia y aporta elementos propios de mis viajes , toda la obra es abstracta con referentes figurativos y con cierta intención arquitectural”, explicó Oviedo.
En total expone 18 pinturas correspondientes a cuatro colecciones, estas fueron elaboradas entre 2012 y 2017 en París, Ucrania, El Salvador y Guatemala.
Por su parte, Guillermo Perdomo sorprendió a los asistentes con nueve esculturas ecuestres de diferentes tamaños , además de dos torsos humanos que forman parte de colecciones pasadas.
“El tema ecuestre para mi era un reto, lo que busqué fue impregnarle mi estilo a todo lo que conlleva su imponente anatomía y equilibrio”, explicó Perdomo.
Te puede interesar: “Homenaje a la memoria”, el bosque gris de Guillermo Perdomo
El escultor detalló que la producción de estos caballos le tomó dos años de trabajo y en ellos utilizó materiales como bronce, aluminio reciclado y piedra.
En cada una de estas esculturas puede verse marcada su huella como los cortes y líneas geométricas.
Parte de esta última producción es la serie que denomina “Caballos de Troya”, en la cual además de reciclar elementos que encontró en las chatarrerías, también incorporó en su composición piezas antiguas como candelabros, platos, grifos, piezas de maquinaria industrial para hacer una especie de “collage” dentro de la escultura.