En El salvador existen 34 especies de cactus: 23 nativas y 11 introducidas, según la última investigación realizada por la Secretaría de Cultura (Secultura) entre 2012 y 2014.
Los resultados del referido estudio están plasmados en el libro “Diversidad de Cactus de El Salvador”, que fue lanzado el viernes anterior durante la clausura del Congreso Internacional de Botánica.
Un estudio anterior a este había cifrado en 16 las especies documentadas, sumadas las nativas y las introducidas. Con esta investigación, fueron reportadas dos nuevas especies nativas para el país (son cactus que ya habían sido descritos en otros países), pero la verdadera novedad es que fue identificada una nueva especie de cactus para la ciencia a escala mundial.
Srio. @RamonDRivas presentó libro “Diversidad de cactus de El Salvador”. #CongresoRegionaldeBotánica pic.twitter.com/ssiO3ilnS9
— SecretaríadeCultura (@SECULTURASV) octubre 30, 2015
“Tenemos, aunque todavía no aparecerá en este libro y aunque aparece en una publicación de una revista colegiada, una nueva especie de cactus para la ciencia. Como este es un mundo de científicos, no pudimos poner la especie dentro del catálogo, porque debe ser primero ser aceptada por lo cactólogos de todo el mundo”, explicó Eunice Chavarría, directora del Museo de Historia Natural de El Salvador (Muhnes), que estuvo a cargo de la investigación. La especie fue hallada en Montecristo, Santa Ana.
De momento, el tiraje de la publicación asciende a 1,000 ejemplares, pero no descartan que haya nuevas impresiones, según sea la demanda. El lenguaje es accesible y las fotografías a colores para destacar la belleza de las especies.
Los autores del libro son los botánicos José Gabriel Cerén, Jenny Menjívar y Salvador Arias (de la UNAM, México). Y el financiamiento fue posible gracias a un convenio binacional con México y a la agencia de cooperación alemana GIZ.
El director de Patrimonio Cultural del Munhes, Marlon Escamilla, destacó que esta es “una publicación histórica y sumamente importante en un país como el nuestro, en donde se dificulta la divulgación de las investigaciones”.
Y agregó que con esto el Muhnes cumple con todo deber que un museo tiene de investigar y socializar la información, “porque un museo no puede ser estático, no puede ser solo una sala de exhibición. Toda publicación debería ser insumo para la educación nacional del Estado para tener a una población más educada”, expresó.
La Secretaría de la Cultura tiene a la puerta de salida dos publicaciones más: sobre caracoles y conchas marinas, que estaría lista para 2016.