William Herrera debuta en el protagónico de Bolero de Ravel

Es nicaragüense. Tiene 23 años y baila ballet, folclor y danza contemporánea. El artista llegó al país para actuar junto a Be a Dancer Studio.

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elsalvador.com

Por Evelyn Machuca

2015-09-17 9:59:00

Formado en la Escuela Nacional de Ballet de Nicaragua, William Herrera danza desde que tenía siete años de edad. Hoy, a sus 23 años, tiene las horas contadas para presentarse mañana en el Teatro Nacional de El Salvador para bailar por primera vez en su vida la obra Bolero de Ravel; su papel es el de bailarín principal.

William es hijo único de una familia de bailarines. Su madre es fundadora del Ballet Quetzaltnahuatl, uno de los más representativos ballet de folclor de su tierra natal y su padre, además de bailar folclor, es maestro de danza contemporánea y de ballet.

Nacer y crecer en un ambiente artístico fue la razón principal por la que a tan corta edad tenía bastante claro que él quería ser un profesional, tomar la danza en serio y no solo como un hobbie más.

Como muchos adolescentes, este joven soltero, de piel trigueña y de ojos verdes también tuvo su etapa de rebeldía. Cuenta que abandonó el ballet por tres años, a los 14 años,  porque  de repente se entusiasmó más por la lectura y el deporte. “Nunca dejé de bailar, porque siempre he sido bailarín de folclor, pero sí me alejé mucho del ballet clásico. Luego me di cuenta que el deporte no es lo mío, lo mío es la danza”, afirmó.

Cuando lo retomó a los 17 la etapa de aprendizaje le resultó  un poco más dura, explicó,  debido a que es más difícil desarrollar habilidades y capacidades como balletistas que cuando se es niño, “porque el cuerpo se va formando o moldeando de otra manera (al ser desde niño constante) y cuando uno lo retoma, ya es más difícil”, anotó.

En esta entrevista, William habla sobre su formación en danza profesional, sobre la preparación de su papel como bailarín principal en Bolero de Ravel y sobre sus hobbies.

Cuéntanos sobre tu formación como bailarín.
Yo vengo de una familia de bailarines, mi padre es pionero del ballet de Nicaragua y mi madre es bailarina de folclor. Entonces, me interesé en bailar desde la edad de siete años. Tuve la oportunidad de estudiar en la Escuela Nacional de Ballet de Nicaragua, cuando la directora de la preparatoria Camagüey estuvo asesorando a la Escuela Nacional de Ballet por un año, especialmente al grupo en el que me gradué. También he estado en la Compañía de Ballet de Nicaragua, que es la de más alto nivel en mi país. 

¿Y qué nos puedes decir sobre tu trayectoria artística?
En todo este tiempo he tenido la oportunidad de bailar en distintos escenarios, de competir y ganar. Después de haberme graduado de la Escuela Nacional de Ballet tuve la oportunidad también de viajar a Estados Unidos y participar en escenarios como el del Festival Jacob’s Pillow, que es uno de los festivales de danza más antiguos y que se realiza en Boston. También tuve la oportunidad de participar en Nueva York en un festival que se hace en el Salvatore Capezio Teather Peridance Center, donde compartí con bailarines de la talla del Ballet Bolshoi, de Moscú, con bailarines de Alemania. He tenido  grandes maestros a nivel internacional. En Panamá, por ejemplo, gané una medalla de diamantes de oro en Danza Activa Panamá 2012.

¿Ya habías visitado El Salvador o es primera vez?
No, muchas veces he colaborado con El Salvador, desde que mi papá era bailarín. Creo que estamos colaborando desde 1997, la primera vez que él vino, y no hemos parado. También salvadoreños llegan a Nicaragua a colaborar y nosotros venimos con mucho gusto, acá hemos hecho muchos amigos.

¿Cuándo fue la primera vez que tú viniste?
Fue en 1999. Yo tenía siete años y vine a ver bailar a mi papá El Cascanueces. Después vine en 2011, ya como bailarín, para participar en una gala de la Fundación Ballet de El Salvador, presentando a Don Quijote. Después vinimos con una coreografía de mi papá que ha sido ganadora de premios y reconocimientos internacionales. Dicho sea de paso, el Ballet Camagüey de Nicaragua compró los derechos para presentarla dentro de su repertorio y ahora, después de tres o cuatro años, vuelvo muy emocionado a presentar el Bolero de Ravel.

¿Cómo te has preparado para tu papel en esta obra?
Esta pieza para mí es un reto. Es una pieza musical muy famosa, desde hace años. Es muy fuerte, muy emocional, tiene mucha pasión musicalmente. Y es la primera vez que la bailo. Ya la había visto un par de veces por el contacto con Diana (Aranda, directora de Be a Dancer Studio, productor de la obra en el país). Ella me contactó hace mes y medio. En realidad yo venía para hacer “Paquita” y un colega mío  iba  a hacer este papel, pero no pudo venir; entonces, ella me preguntó que si yo podía hacer Bolero.

Un mes de preparación…
Preparándome psicológicamente, pero físicamente… apenas estoy terminando de llegar de una gira por Costa Rica con el Ballet Folclórico; he estado de un lado a otro. Desde que vine he estado concentrado viendo el video y ya llevamos tres días de ensayo, pero ni los he sentido, ha pasado tan rápido el tiempo y ha sido tan intenso.

Quedan apenas tres días para el sábado…
Bueno, pero para bailar tenemos todo el día. Para mí es un reto, porque nunca había bailado una pieza que mezclara tantos estilos de la danza al mismo tiempo y fuera tan musical y que fuera tan exigente con el papel principal. 

¿Y qué haces cuando no estás bailando?
Me gusta mucho el fútbol, leer libros, la poesía… y soy estudiante de Antropología en la universidad. Y me gusta descansar. La verdad es que cuando no estoy bailando me gusta mucho ir al cine, pasear, conocer nuevos lugares.

La gira comienza el próximo sábado 19 de septiembre, en el Teatro Nacional, y termina el 4 de octubre en el Teatro de Santa Ana. Por cuestiones de presupuesto, el show músico-teatral no podrá llegar este año hasta San Miguel.