Y la esperanza no murió. La noche de ayer miércoles 19, la voz del venezolano Franco de Vita volvió a poner en primera fila un sinfín de melodías que hablan de su trayectoria.
La nostalgia, el romance y la pasión, se respiraron en el auditorio del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (Cifco) desde las 9:42 pm. El concierto, cálido y frío, enamoró a los salvadoreños amantes de esas baladas que tanto lo caracterizan.
No hay duda, el cantautor suda talento. Se entrega por completo, solo importa… su público. Ese público que sabe responder a su ídolo, una experiencia que Franco de Vita ya había vivido en tierra cuscatleca.
“Siempre es un gusto escuchar su música, me trae recuerdos de infancia y adolescente. Ya muy pocos artistas de esta índole vienen a El Salvador, no me lo podía perder”, expresó Clara Serrano, una de las asistentes.
Al igual que esta fan del venezolano, Alan Meléndez afirmó que cuando escucha su música “vienen varias escenas a mi mente”. Para él, tener la oportunidad de asistir a estos eventos en la realidad que se vive es una bendición. “…es bueno relajarse en estos tiempos”, recalcó.
Aunque sea poco, valió la pena escuchar de nuevo esa propuesta tan de Vita, que llega al alma contra viento y marea.
El venezolano vino a promover su última compilación de éxitos que tituló, al igual que su gira, Vuelve en primera fila.
Fue la salvadoreña Rocío Martí, quien abrió la noche al consagrado cantautor, para luego subir al escenario a cantar junto al suramericano. No faltaron Louis, Tu de que vas, Que no muera la esperanza y Cántame, entre muchas. De Vita se hizo acompañar por su banda de músicos, en la que resaltaba la percusión. El escenario estaba dominado por tecnología audiovisual que cargo de más emotividad el espectáculo.
Los asistentes enloquecieron y dejaron brotar sus más profundos sentimientos. Para ellos, una noche inolvidable.