German Cáceres: “Yo estuve expuesto a la música desde siempre”

El director de la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES) recibirá esta noche un homenaje de la OSJ en Fepade

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Stanley Luna @Sol_o_Luna

2015-06-11 10:00:00

A los 11 años comenzó la aventura, a esa edad aprendió oboe. Hoy, 50 años después, German Cáceres, se ha convertido en un referente de la música sinfónica de El Salvador. Es un reconocido compositor y también el director titular de la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES).

“Yo estuve expuesto a la música desde siempre, desde que estaba en el vientre de mi madre”, cuenta el artista rememorando cómo su padre, un agricultor amante del arte, lo condujo por este camino: lo llevaba a los conciertos de la OSES de aquel entonces y coleccionaba discos de música clásica que guardaba en una biblioteca que Cáceres aún conserva.

Este ambiente le permitió conocer a músicos que luego se convirtieron en sus maestros, como Liberato Quinteros y Francisco Martínez, que pertenecían a la OSES y le enseñaron a ejecutar el oboe.

Sin dejar de lado a Esteban Servellón y Ion Cubicec, que lo orientaron en composición y teoría musical, además de Alejandro Muñoz, quien fue director de la Orquesta y se convirtió en su maestro de dirección orquestal.

Cuando German Cáceres terminó el bachillerato, tenía claro que quería estudiar música.

Es por ello que viajó hasta Nueva York, donde vivió por seis años y cursó clases de oboe y música de cámara en la Escuela Juilliard, a la que ingresó en 1974 y se graduó en 1977, realizando, además, una maestría en el mismo centro de estudios.

Todo este momento de su vida lo define como una etapa crucial para su formación.

En la ciudad de los rascacielos, también estudió composición en clases privadas con Julián Orbón, y dirección orquestal con José Serebrier.

En 1989 el artista estudió un doctorado en artes musicales por medio de una beca en la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos.

Sus composiciones

Hasta el momento el músico salvadoreño registra 95 obras compuestas y recuerda muy bien la primera de ellas, “Ensayo al estilo barroco”, que fue dirigida por Esteban Servellón e interpretada por la OSES, en 1971. Para entonces él no había salido aún de bachillerato.

Cáceres no solo comenzó a abrirse un espacio en la música salvadoreña. En 1978 tuvo la oportunidad de debutar como compositor y oboísta en la sala de recitales Carnegie Hall, una de las más prestigiosas de Estados Unidos.

Además, durante su época de estudiante en Juilliard algunas piezas se su autoría habían sido interpretadas para diferentes presentaciones.

En 1979 fue invitado a dirigir un concierto de la OSES junto a su director titular, Alejandro Muñoz. En esta ocasión fue interpretada una composición suya inspirada en cuatro poemas del libro “Yulkuikat”, del salvadoreño Pedro Geoffroy Rivas.

En 1981, la Fundación Guggenhein le otorgó una beca para creación artística y compuso cuatro obras, entre ellas el “Concierto para piano y orquesta”.

Al siguiente año se hizo acreedor del Premio Nacional de Cultura. Este reconocimiento lo tomó por sorpresa. “Yo ni siquiera sabía que se me había nominado, entonces yo regresé por alguna razón al país”, comentó Cáceres.

Para ese momento, él se encontraba en Nueva York y recuerda que Alejandro Muñoz le dijo que tendría que regresar antes de lo planeado a El Salvador, sin explicarle el porqué. Sin embargo, Muñoz era parte del jurado para el premio y ya sabía sobre la noticia.

En 1985, el artista recibió la propuesta para ser el director titular de la OSES. Desde este año hasta 1999 se desempeñó en el cargo. Luego, lo abandonó por un tiempo y fue Director de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador (UES), con el objetivo de “descansar”. Pero en 2002 regresó nuevamente a la Orquesta.

Esta noche y el sábado a las 8:00 p.m., German Cáceres recibirá un homenaje por su trayectoria, por parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil (OSJ), en el Auditorio Fepade. Los conciertos estarán bajo su dirección.

Entre el repertorio se encuentran obras de Brahms y Schubert. La donación es de $10. Puede adquirir sus boletos en la Fundación ProArte o antes de las presentaciones.