La meca del cine llora la muerte del prolífico actor británico Christopher Lee.
Hollywood se queda sin uno de los villanos más famosos, cuyo rostro ha quedado en la memoria de los cinéfilos gracias a sus interpretaciones como el conde Drácula, Scaramanga, el enemigo de James Bond; el conde Dooku, en la saga de Star Wars; y el mago Saruman, para las trilogías de El Hobbit y El Señor de los Anillos.
Lee, que apareció en 250 películas, falleció el domingo a los 93 años en un hospital de Chelsea, a causa de un problema respiratorio.
La tardanza en comunicar el deceso fue debido a que la viuda, la exmodelo danesa Birgit Kroencke, quiso avisar antes a todos sus familiares para luego oficializárselo a los seguidores del histrión, detalla el periódico The Guardian.
El ayuntamiento del distrito londinense de Kensington y Chelsea divulgó al The Daily Telegraph su certificado de defunción.
Su partida levantó reacciones dentro y fuera del mundo del espectáculo, incluida la del primer ministro británico, David Cameron, que lamentó la muerte de un “titán de la era dorada del cine” y un “distinguido veterano de la Segunda Guerra Mundial”.
Una de las primera bandas en expresar su pesar fue Rhapsody Of Fire, banda italiana que en 2004 invitó a Lee para que colaborara en su disco Symphony of Enchanted Lands II-The Dark Secret.
El caballero del Imperio Británico (título otorgado en el 2009) vio la luz el 27 de mayo de 1922 en Londres, en el aristocrático barrio de Belgravia. Su elevada estatura (1.96 metros) le favoreció en el cine para los papeles de villanos.
Lee comenzó su carrera en 1947, en La extraña cinta, de Terence Young.
Y aunque no paró de trabajar, su fama se consolidó cuando la productora Hammer lo propuso para darle vida al tenebroso vampiro Drácula, en la veintena de metrajes que realizó junto a Peter Cushing.
También encarnó al monstruo de Víctor Frankenstein en La maldición de Frankenstein. En los 60 y 70 fue uno de los rostros más conocidos de la pantalla gracias a La momia, El perro de los Baskerville, Medusa, Rasputín: el monje loco y a todo tipo de Dráculas, incluido los dirigidos por Jesús Franco.
También rodó con otro español: con Pere Portabella hizo Cuadecuc, vampir (1970).
El creador de las novelas de James Bond, Ian Fleming, primo suyo por parte de su padrastro, le había propuesto años antes para interpretar al Doctor No en la película del mismo nombre, aunque el papel se lo llevó finalmente el canadiense Joseph Wiseman.
El británico se quitó esa espina en 1974, cuando dio vida al villano Scaramanga, rival del agente 007 en “The Man with the Golden Gun”.
A finales de los 70 y los ochenta fueron los momentos de encasillamiento.
Junto a buenos trabajos como La vida privada de Sherlock Holmes, El hombre de la pistola de oro o Los tres mosqueteros, rodó todo tipo de películas de terror, comedias y series de televisión. “Mi mejor actuación fue en Jinnah, interpretando a Muhammad Ali Jinnah, fundador de Pakistán.
Lee consideraba para esa época retirarse, pero tres hechos importantes le volverían dar la fama: su amistad con Tim Burton, con quien rodó Sleepy Hollow, Charlie y la fábrica de chocolate, La novia cadáver, Alicia en el país de las maravillas y Sombras tenebrosas.
Que George Lucas le llamara para las tres películas de Star Wars que conformarían la trilogía inicial.
Cuentan las leyendas que Lee llamó Dooku a su personaje en Star Wars como recuerdo sonoro a Drácula.
Y Peter Jackson le fichara como Saruman en El Señor de los Anillos y El Hobbit.
El actor también mostró su faceta como amante de la ópera y capaz de cantar en un registro de bajo, grabó diversos temas que aparecieron en algunas de sus películas y llegó a lanzar un álbum inspirado en los musicales de Broadway.
Lee sentía que su don para la comedia era poco valorado. Se enorgulleció de presentar el popular programa de sketches estadounidense “Saturday Night Live” en 1978 y le dijo a la BBC que su mayor arrepentimiento fue rechazar el papel que terminó haciendo Leslie Nielsen en la comedia alocada “¿Y dónde está el piloto?”.
Con cerca de 90 años, Lee abrió una nueva etapa como músico de “heavy metal”, y ganó varios premios con su álbum “Charlemagne: By the Sword and the Cross”.