Britt Robertson es la chica del mañana

La actriz se embarca junto a George Clooney en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo, mejor conocido como "Tomorrowland"

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elsalvador.com

Por Ian Spelling The New York Times Syndicate

2015-05-20 9:00:00

Britt Robertson está enrachada. En estos últimos años, la actriz de 25 años de edad estelarizó la serie de ciencia ficción de CBS “Under the Dome” (2013), apareció en la exitosa cinta independiente “Cake” (2014) y fue cortejada por Scott Eastwood en “The Longest Ride” (2015). Y ahora está por compartir la pantalla con George Clooney en la mega-película de Brad Bird “Tomorrowland.”

Esta película muestra a un hombre amargado de mediana edad (Clooney) y a una siempre optimista adolescente Casey (Robertson) que hacen equipo – de una manera fantástica – para salvar al mundo de sí mismo.

Robertson, la mayor de siete hermanos, empezó a actuar desde niña en Carolina del Sur. Poco después de irse a vivir a Los Ángeles consiguió papeles pequeños en “Sheena” (1990), “Growing Pains: Return of the Seavers” (2004) y “Dan in Real Life” (2007), entre otras. Y recientemente se graduó en papeles protagónicos con “Life Unexpected” (2010-2011) y “The Secret Circle” (2011-2012).

Sus últimos trabajos, empero, han alterado por completo el paisaje, convirtiéndola de una promisoria actriz joven en la próxima sensación de Hollywood. Ella habló de todo esto y más durante una reciente llamada telefónica desde un hotel de Los Ángeles.

En abril cumpliste 25 años y ya tienes 40 créditos de cine y televisión. ¿En un principio fue simplemente por diversión o siempre has tomado en serio tu trabajo?

—Cuando era niña, nunca lo consideré un trabajo. Siempre lo vi como una bendición y una oportunidad, pero nunca lo tomé en serio antes de los 15 o 16 años.

Al ir saliendo de la adolescencia empecé a verlo como una carrera y lo tomé tan en serio como pude. También me di cuenta, de paso, que tenía que ser profesional y, además, ser una buena persona, pues la gente quiere trabajar con profesionales y quiere trabajar con personas amables.

También he tenido la oportunidad de trabajar varias veces con algunas personas y pienso que la lección más importante que he aprendido es que si queremos seguir trabajando en esta industria hay que aprovechar al máximo las oportunidades que tengamos.

Brad Bird y su equipo hicieron pruebas con incontables actrices jóvenes para encontrar a la protagonista femenina de “Tomorrowland.” ¿Cómo fue ese proceso para ti?

—Cuando me llegó yo no sabía nada al respecto. Yo solo leí una escena corta. Fue una prueba normal. No pensaba que la fuera a conseguir o que fuera a salir nada de ahí, pues así es como suelen ser la mayoría de las pruebas. Luego, cuando avancé más en el proceso, pude ir a una oficina y leer el libreto. Después de haberlo leído y cuando estaba haciendo la prueba para Brad, se volvió algo que me entusiasmó y de lo que quería ser parte.

No solo era por las personas involucradas, como Brad, (el escritor) Damon Lindelof y George, obviamente, sino también por el libreto. Era una historia de la que quería formar parte, una historia que yo quería narrar. Los temas de la película significaban mucho para mí, me resonaban profundamente.

¿Qué te resonó de Casey y su jornada?

—Ella está muy motivada y es apasionada, y parece que es la única en su mundo que está tratando de aprovechar al máximo lo que tiene. Hay un futuro sombrío al que todos han cedido pero ella no se rinde. Ella se defiende y dice: “Quiero arreglar las cosas. No voy a aceptar que me digan que no.”

Me encanta esa característica. Incluso trato de adoptarla un poco para mí misma.

Tú corres, brincas, montas en motocicleta y trepas. ¿Qué tan exigente fue esta película en lo físico?

—Físicamente fue muy exigente pero lo fue más en el plano mental.

Me puse en diferentes situaciones y no siempre pude prepararme para ellas. El simple hecho de vivir el momento y confiar en la gente que me rodeaba exigía mucho de mí misma. El estilo de dirección de Brad consistía en decir: “Sígueme, chiquita.” Así que yo traté de adoptar el lado técnico de la cinematografía y ajustar mi propio estilo de actuación a lo que necesitaba Brad.

Pasaste mucho tiempo con George Clooney haciendo “Tomorrowland.” ¿Qué te impresionó más de él como actor y cómo se comportaba él en el foro?

—Pude ver mucho a George. Brad le lanzaba nuevas ideas o una forma de ver las cosas. Me encantaba ver cómo enfocaba George una idea determinada, en términos de cambiar su plan. Él siempre fue muy creativo y nunca tuvo miedo. Siempre le daba una oportunidad a Brad, probando sus ideas. Eso era impresionante pues demuestra que puede recibir instrucciones del director pero de todos modos es capaz de hacer las suyas propias.

Como persona, siempre me impresionó lo normal que es George y cómo trata de que el aspecto de la fama en su vida no interfiera con su vida profesional o personal. Eso fue muy impresionante también.

Pasaste varios meses rodando la película, buena parte actuando con cosas que no existían, que serían creadas después por la unidad de efectos especiales. ¿Qué sentiste al ver la película terminada?

—Para mí fue un proceso muy interesante. La primera vez que la vi, necesité unos buenos veinte minutos solo para acostumbrarme a ver mi cara de ese tamaño. Para mí es difícil meterme en la historia a diferencia de solo estarme viendo a mí misma.

Después, conforme veía la película, se convirtió en una experiencia completamente diferente. Estaba tratando lo más posible de desconectarme de mis sentimientos personales sobre mí misma y mi capacidad de actuar para poder clavarme en la historia. Cuando lo logré, eso fue lo que para mí significó ver la película terminada y sentirme orgullosa de ser parte de ella.

“Tomorrowland” podría enviar a tu carrera a la estratósfera, pero tú has avanzado continuamente desde papeles de invitada y de reparto hasta protagónicos. ¿Qué tan natural ha sido el avance y qué tan satisfecha estás con el ritmo con que has ascendido en la escalera?

—Ha sido un gran ritmo. Estoy muy satisfecha con el ritmo.

Si no fuera porque he estado en este negocio desde hace diez años, no sé si podría manejar esto tan bien como he podido hacerlo. No estoy diciendo que lo esté manejando muy bien. Solo pienso que me doy cuenta de algunas cosas en esta industria.

Siendo joven, puede ser muy atractivo ser famosa, una celebridad o hacer grandes películas que todo el mundo vea, pero la verdad es que no se trata de eso. Al conocer a tanta gente y observar tantas carreras diferentes nos damos cuenta de lo que es importante, y todas mis experiencias me han llevado a darme cuenta de eso. Me ha ayudado a manejar lo que está sucediendo ahora.

Ya terminaste otra película, “Cook.” ¿Qué hay de esa?

—Yo interpreto a una muchacha llamada Charlie y es acerca de una relación muy poco convencional con un hombre (Eddie Murphy) que viene a cocinar para Charlie y su familia, pues la madre de mi personaje está muriendo de cáncer de mama. Él viene a cocinar y se supone que solo va a estar seis meses pero se queda seis años, hasta que fallece la madre.

Así que habla de la relación de Charlie con el señor Church, todos los años que abarca y cómo se cuidan uno al otro. Está basada en una amistad verdadera de la escritora, Susan McMartin.

Va a ser una historia muy tierna. Me encantó el libreto y me encanta la película.

Has logrado una buena mezcla de películas de estudio e independientes, como “White Rabbit” (2013), “Ask Me Anything” (2014) y “Cake” (2014). Si “Tomorrowland” es un éxito, tendrás la posibilidad de hacer más películas como esa. ¿Qué tan importante será para ti hacer películas independientes ocasionalmente?

—Será súper importante. En la realización de películas íntimas he aprendido la mayoría de las cosas que sé ahora. Obviamente, las películas de estudio son muy divertidas, con muchos lujos y mucho dinero, y se cuenta con mucho tiempo. Pero creo que es importante hacer películas independientes para afinar las herramientas y regresar a las raíces.

El cine independiente es como el campo de entrenamiento del actor, pues ahí uno no tiene la oportunidad de cometer errores y creo que algunos de los momentos más hermosos surgen de esas circunstancias. Así que me encantan las independientes.

Algún día, cuando estés casada y tengas hijos, ellos van a ver tus primeros trabajos. Si ven contigo “Sheena” (2000), “Power Rangers Time Force” (2001) o “Growing Pains: Return of the Seavers” (2004), ¿vas a estar riéndote con tus hijos o muerta de vergüenza?

—(Riendo) Creo que podría reírme.

Esos trabajos ya están tan alejados que puedo reírme de ellos en este momento de mi vida, así que pienso que dentro de diez años, también podré reírme.