Veinte años de sinfonía juvenil en El Salvador

La Orquesta Sinfónica Juvenil (OSJ) da inicio esta noche a la temporada 2015. Una temporada muy especial, que celebra su XX aniversario.

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elsalvador.com

Por Stanley Luna @Sol_o_Luna

2015-03-12 7:00:00

La Orquesta Sinfónica Juvenil (OSJ) dio su primer concierto el 26 de enero de 1995, en la Cancillería de El Salvador. Fue para un congreso de presidentes centroamericanos, bajo la dirección del maestro Elmer Amaya. El repertorio incluía piezas como “Dios Unión Libertad”, de Domingo Santos; y “El sonido de la música”, una selección de La Novicia Rebelde.

Pero todo comenzó a finales de 1994, con la visita de José Antonio Abreu, exministro de Cultura de Venezuela y fundador del movimiento de Orquestas Sinfónicas de ese país. Él trajo una propuesta basada en este sistema, para que se implementara acá, el cual expuso a músicos y autoridades nacionales.

Ese mismo año, cuatro músico venezolanos vinieron a El Salvador para tener otra reunión con los artistas que participaron en la primera junto a Abreu. El objetivo: explicarles más detalladamente el plan de trabajo a seguir. Sin embargo, se dieron cuenta de que en el país existían necesidades de formación y de instrumentos para iniciar, por lo que se tuvieron que modificar algunos aspectos del plan y adaptarlos al contexto nacional.

El gobierno de la época, por medio del ministerio de Educación, a cargo de Cecilia Gallardo de Cano, apoyó el proyecto comprometiéndose a la subvención del mismo, a través del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura) y la Asociación Pro Arte se encargó de su administración desde entonces.

La Orquesta comenzó a ensayar en el Centro Nacional de Artes (Cenar), donde también, según el convenido realizado entre las instituciones, tendrían el préstamo de los instrumentos. Pero los maestros de música del lugar no confiaban en lo que se estaba haciendo.

El para entonces violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, Elmer Amaya, era uno de los más interesados en la propuesta y luego se convirtió en el primer director de la Orquesta.

El diseño de la malla curricular que se utilizaría en la OSJ estuvo a cargo de Amaya, quien recibió asesoría del músico estadounidense George Brown. Esta malla tuvo modificaciones en el 2004, cuando Martín Jorge, actual director titular, asumió el cargo, y en estos momentos esperan hacer otras modificaciones por el salto de calidad que los jóvenes de la Orquesta han marcado.

Antes de dar los primero conciertos oficiales, el director, junto a un grupo de jóvenes pertenecientes a su academia privada de método Suzuki ofrecieron conciertos motivacionales como un ejemplo de colaboración para que otras instituciones se sumaran al proyecto.

Con el paso de los años, las personas e instituciones fueron conociendo la Orquesta y brindaron donaciones. Por ejemplo, la Embajada de Estados Unidos donó los timbales y la Embajada de Alemania, un lote de instrumentos.

En 2009, Pro Arte recibió la donación de una casa ubicada en la alameda Roosevelt, por parte de una persona, un lugar que se utiliza para las clases seccionales e individuales. Concultura, además, los apoyó con el préstamo del Teatro Presidente para los ensayos generales.

Desde 1995 hasta el año pasado, el gobierno siempre dedicaba un presupuesto para la subvención del proyecto, pero hubo un recorte en el mismo. Por ello, desde Pro Arte se trabaja en un plan estratégico para seguir con la formación de los jóvenes músicos en la actualidad.

Los frutos

La Orquesta Sinfónica Juvenil ha servido para que los jóvenes salvadoreños descubran su pasión por la música y tracen camino en ella. “Mi aporte al país: instruir a futuras generaciones y ser ejemplo de superación y facilitar el talento”, escribió hace unos días Elmer Amaya en su muro de Facebook, refiriéndose al aniversario de la OSJ.

Amaya recordó a jóvenes que se formaron en la Orquesta y que en estos momentos están brillando dentro y fuera de las fronteras nacionales, como el violinista Diego Hernández, quien forma parte de la Orquesta Sinfónica de Jalapa, México; y Eduardo Figueroa, violista de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSES).

“Yo creo que la Orquesta está marcando el camino y creo que a corto plazo lo va a seguir marcando: fijando, poniendo en claro la importancia de que en el país hayan proyectos de música para jóvenes, como medida de generación de liderazgo, expansión del diálogo, prevención de la violencia…”, comentó el director titular, Martín Jorge.

Por su parte, Luz Eugenia Fuentes, directora Ejecutiva de Pro Arte, destacó que llegará un momento en que la OSES esté compuesta por exintegrantes de la OSJ, la cual ya cuenta con un buen número de personas cuya primera escuela fue la Juvenil.

Entre el ejemplo de la disciplina y el talento que la Orquesta ha logrado formar a lo largo de los años, en un país donde hay pocas oportunidades de estudios académicos en las ramas del arte, se encuentra Gabriela Henríquez, de 18 años, que actualmente estudia licenciatura en el Conservatorio de Salamanca, España, gracias a una beca que ganó el año pasado.

Sandra Rivera es otra exintegrante de la OSJ, ella estudia su último semestre de Licenciatura en Ejecución de Violín y Educación Musical, en Colorado Mesa University, Estados Unidos.

Diana Panameño también perteneció al proyecto. Desde 2012 estudia Licenciatura en Música con especialidad en flauta, en México, y a la vez, es flautista de la Orquesta Sinfónica de la Universidad del Estado de México.

Esta noche, a las 8:00 p.m., la OSJ inaugura la temporada 2015 con un concierto en el Teatro Presidente. La entrada es de $10.

La temporada también incluirá presentaciones junto al Ballet de El Salvador. Y el 3 y 4 de septiembre celebrará el aniversario con un concierto, con la participación especial de la Joven Orquesta de Comunidad de Madrid (JORCAM).