Tito Mira: “La chanchona es un estilo que digerí, publiqué, asimilé y popularicé”

Su carrera en El Salvador siempre ha sido prolífera, a pesar que este mes cumple tres años de vivir en el exterior

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elsalvador.com

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2015-02-19 12:00:00

Las canciones “Vení, vení” , “Cumbia del sobaquiado” y “Los lamentos de Rosita” tienen algo en común: el estilo de Tito Mira. Este artista salvadoreño ha entregado durante casi toda su vida una energía desbordante y un ritmo que ha puesto a bailar a su público.

A finales de este mes, el originario de Armenia, Sonsonate, cumple 43 años de trayectoria artística, los cuales ha disfrutado a lo máximo junto a su música. El personaje, que actualmente reside en los EE. UU., habló sobre sus experiencias laborales y personales durante una amena entrevista.

¿Qué ha sido de Tito Mira?

—Pues más que todo trabajando, tengo un material ahí guardado que si Dios quiere, a final de año lo promuevo. Siempre estamos dando conciertos por todos lados de “Los Yunais” con mi grupo. Los fines de semana los tengo ocupados y a veces, cuando hay que ir lejos a media semana, hay que viajar por tierra por eso de las largas distancias.

¿Ha estado produciendo canciones?

—Tengo algunos temas que están casi por salir, pero aún los estoy terminando para grabar un disco y promoverlo allá (ESA). Ahorita ese es el plan, estamos “congelando las charamuscas” para que estén listas a fin de año. Hay unos dos temas que grabé con Los Chivazos, pero los voy a modificar al estilo chanchona aquí en un estudio de Washington.

¿Cuál es su más reciente lanzamiento?

—Un video que hice con mi hijo en New York de una canción que se llama “El hábito”. Está en YouTube y ha sido muy visto, eso es lo más reciente que promovimos.

Cuando su público le pregunta sobre regresar a su país, ¿qué les responde?

—Que el trabajo no deja de fluir. A veces, cuando pienso en irme, es cuando más trabajo me sale. Cuando estoy pensando ‘hay como sea me voy a ir’, como que estoy alborotando las avispas con miel, más me sale trabajo. Iba a ir en diciembre, de repente que trabajo aquí y allá, ni modo me quedé, ya no fui. Hay que hacerle buena cara al trabajo siempre. Tanto que cuesta conseguir una placita, usted.

¿Y cuando piensa regresar?

—Mi idea es ir a finales de este año, como en octubre o noviembre.

Tito Mira cumple 58 años en septiembre y todavía tiene mucho que dar a nivel artístico, está trabajando en el estudio para llevar a toda la gente su interpretación de chanchona, un género popular que le ha valido seguidores en la región. Su carrera en El Salvador siempre ha sido prolífera, a pesar que este mes cumple tres años de vivir en el exterior.

Con tantos años de trayectoria, debe tener muchas anécdotas divertidas, ¿cuál es una de las que no olvida?

—Hace unas semanas veníamos de Texas, por tierra, para realizar unos trabajos en Washington, se nos descompuso el vehículo cerca del camino de Alabama y tuvimos que parar a buscar mecánico. Yo viajo como si estoy en mi casa, con pants y una camisa cómoda. Llegamos a tiempo del segundo toque y no hubo chance de cambiarse ni nada, andábamos como que nos acabábamos de levantar. Lo divertido fue cuando entré al lugar en el que nos estaban esperando, cuando me reconocieron ya no tuve oportunidad ni de salir a cambiarme, así como andaba como en pijama, con la camisa “guanga” y la gente tomándome fotos… primera vez que canto en pijama, le dije a la gente. Fue penoso, pero divertido, a la gente no le importó que yo anduviera así.

¿Está al tanto de todo lo que pasa en el país?

—Veo mucho programa salvadoreño a través de los cables, del Internet, me gusta ver los noticieros y escuchar radio de allá, las que son tradicionalmente expertas en noticias. Me mantengo pendiente de lo que pasa en mi país porque allá está mi familia también.

¿Cómo ve el apoyo que se le da al artista?

—Me doy cuenta de cómo está caminando allá la cuestión de la música, hay poquititos como ustedes que apoyan espontáneamente y desinteresadamente al artista. Desgraciadamente hay mucho medio allá que está parcializado en cuanto al internacionalismo. Aquí se pueden escuchar las radios de allá, las monitoreo y escucho poca música nacional.

¿Qué es lo que más extraña de El Salvador?

—Primordialmente a mi mamá, mi familia y la tradición. Hoy día estoy extrañando los manguitos tiernos con sal y alguashte, uno aquí anda soñando con eso. Aquí hay mucho latino, no se sufre mucho, hay pupusitas de arroz, loroco, de frijol. También extraño al público, a los que me dieron la pauta para aún estar vivo musicalmente, me han dado el puesto que hoy día tengo gracias a Dios.

¿Cómo describiría al salvadoreño?

—Humilde y trabajador, uno en esta nación se da cuenta hasta dónde son emprendedores y luchadores. He conocido empresas importantes que son propiedad o son dirigidas por connacionales. Una vez fui a Miami y me acuerdo que fui a un restaurante de comida rápida muy conocida. Cuando estaba ordenando me di cuenta que todos los empleados eran de mi país. Se hizo la bulla de que yo estaba ahí… me di cuenta que era propiedad de un salvadoreño.

¿Ya aprendió a hablar en inglés?

—Eeee… como dicen ‘A little bit’, spanglish.

¿Qué es lo que más le gusta cantar?

—A mi me encanta cantar lo que ando cantando porque es un estilo que lo digerí, publiqué, asimilé y popularice yo, con mi creatividad. Se hizo popular y gracias a Dios sigue funcionando, la originalidad que tengo es la que creo me mantiene en el gusto de los hispanos acá, tengo fans de México, Guatemala, Honduras… de muchos lados. Es increíble cómo la música ayuda a darse a conocer con todo mundo.

Entre sus canciones, ¿cuál es su favorita?

—Me encanta “Lupita seria” porque la hice cuando iba a cortar café en una finca de Armenia, en 1973. Me acuerdo que había una muchacha que la enamorábamos, era la hija del capataz que le decíamos Mancho. Siempre llevaba mi guitarra al cafetal y le cantaba la canción, mas nunca pensé que algún día la iba a grabar.

¿O sea que usted también puede cortar café?

—Con mucha honra, así hacía mis ahorritos para ir a los bailes en las fiestas de noviembre.

¿Con quién le gustaría grabar en el estudio?

—Más que todo con paisanos. En mi pensamiento tengo a René Alonso, Francisco Lemus, Mario Rivera… hemos platicado pero nunca lo hemos realizado… el tiempo nos ha consumido y no nos ha dado tiempo para hacer realidad los planes.

¿Sus hijos traen para la música?

—Las tres hembras cantan bonito, el varón no canta pero toca bien la percusión. Mis hijas siempre tuvieron pena, no salieron con la soltura que gracias a Dios tengo, aunque pienso que la menor será alguien popular también. Su carrera en El Salvador siempre ha sido prolífera, a pesar que este mes cumple tres años de vivir en el exterior