La pesadilla de Bill Cosby no termina

El actor, que saltó a la fama hace 30 años con la emisión de "The Cosby Show", se enfrenta a un aluvión de denuncias de mujeres que le acusan de haber sido objeto de violaciones y ataques sexuales

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elsalvador.com

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2015-01-06 12:00:00

El remolino de acusaciones contra el comediante estadounidense Bill Cosby sigue sorprendiendo a la opinión pública. Recientemente dos nuevas denuncias se han unido a las acusaciones realizadas por más de 16 mujeres, que dicen haber sufrido ataques sexuales y reiteradas violaciones por parte de quien fue una de las caras más admiradas y famosas de la televisión.

Actrices, modelos y compañeras de trabajo figuran entre las supuestas afectadas por los incontrolables arranques sexuales del actor cómico que protagonizó una de las series más exitosas de la historia de la pantalla chica de Estados Unidos. Y muchos de los relatos recogidos en las últimas semanas dan cuenta de una maniobra similar por parte de Cosby. Según sus víctimas, el actor las drogaba, lo que provocaba su desmayo, o las dormía con somníferos. Una vez completamente indefensas, el hombre las sometía.

El actor es el único acusado en la demanda, presentada por primera vez el mes pasado por Tamara Green, que dijo que el cómico la drogó y la agredió en la década de 1970. Las dos nuevas demandantes son Teresa Serignese, quien dijo que fue drogada y violada por Cosby en 1976, y Linda Traitz, que alega que trató de drogarla y luego la manoseó en 1970.

Por su parte, la estrella de la TV detalló, en una entrevista con el New York Post que solo espera que los medios de la “comunidad negra” se mantengan “neutrales”. Además indicó que se le recomendó no hablar sobre las denuncias.

“Yo solo espero que los medios de la comunidad negra mantengan los estándares de excelencia en el periodismo. Cuando uno hace eso, se debe tener una mentalidad neutral”, expresó.

Cosby, que interpretó al doctor Cliff Huxtable en “The Cosby Show” entre 1984 y 1992, nunca ha sido acusado en relación a ninguna de estas alegaciones y las ha negado a través de sus representantes.

Según el periódico The New York Post Cosby, está pagando cifras millonarias a investigadores privados por cualquier información “que pueda desacreditar a sus supuestas víctimas”. Son muchas las fuentes que confirman que el actor, mediante su abogado Martin D. Singer, está poniendo en práctica la táctica de acoso y derribo, en la que utilizar “cualquier cosa negativa” del pasado de sus acusadoras “es juego limpio”.

La esposa del cómico, Camille Cosby, en sus únicas declaraciones públicas en este escándalo, apuntó que aunque nadie quiere “sentirse en la posición de atacar a las víctimas” habría qué preguntarse: “¿quiénes son las víctimas?”.

Este cruce de ataques, contraataques y demandas legales ya se ha empezado a cobrar sus primeras víctimas. La cadena NBC, desde donde Cosby dominó la televisión en los setenta, ha abandonado sus planes de desarrollar una nueva comedia que iba a protagonizar el intérprete. Lo mismo ha ocurrido en Netflix, que ha pospuesto un especial sobre el cómico que estaba preparando. De igual forma ha cancelado diversas presentaciones, así como la gira que tenía planificada por el lanzamiento de su autobiografía.

Las teorías sobre enfermedades psicológica no se han hecho esperar, como el caso de somnofilia (la necesidad de una persona de mantener sexo con otra u otro que se encuentre en estado somnoliento o totalmente inconsciente). Todo surgió a partir del testimonio de la doctora Charlotte Laws, quien contó a la cadena de noticias Fox la experiencia de una amiga suya que estuvo con Cosby en los años 80.

Para Mark Griffiths, médico especialista en disfunción sexual de la Universidad de Nottingham Trent, el caso de Cosby no podría ser usado en una corte judicial como coartada. “Creo que usar drogas para dormir a las personas está fuera de ser somnofílico”, expresó. —AGENCIAS/ EDH