BEVERLY HILLS. Nicole Kidman sabe que la mayoría de la gente no la considera una actriz de comedia.
En sus 31 años de trayectoria, sus papeles han ido de malhumorados a deliciosamente sádicos. Su resumen incluye algunas comedias, pero Kidman es la primera en admitir que no recibe muchas ofertas para este trabajo.
Ha ganado un Óscar. Ha trabajado con Stanley Kubrick, Jane Campion y Lars Von Trier. ¿Cómo terminó entonces con un modesto papel de villana taxidermista en la cinta para niños “Paddington”, cuyo director es relativamente desconocido?
La respuesta es simple: Se lo pidieron.
“El deseo de cubrir todo el espectro y ser diverso es algo que te enseñan en la escuela de actuación”, expresó Kidman en una entrevista reciente. “Nos entrenan con Shakespeare y con Noël Coward y con clases de mímica, pero muchas veces no nos dan la oportunidad de explorar las cosas que hemos cultivado”.
Para el director, Paul King, era pan comido. No pensó en la fantasía romántica de Kidman de 1996 “Practical Magic”, sino en “To Die For” de Gus Van Sant, cuando supo que Kidman tenía que ser su “Millicent”. —AP