Hallan células que revierten la calvicie

Científicos logran regenerar el pelo en ratones modificando células del sistema inmunológico.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2014-12-28 12:00:00

Un grupo de investigadores logró regenerar pelo en ratones modificando células de su sistema inmune, un hallazgo que podría aportar nuevos enfoques para tratar la pérdida de cabello y para estudiar las causas del cáncer de piel.

Los resultados de esta investigación, liderada por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), se conocen después de cinco años de estudio.

Este desvela claves para hacer crecer el pelo, pero, además, aporta “conocimiento del todo nuevo” sobre un problema más amplio: cómo se regeneran los tejidos en el organismo adulto y en especial la piel, informó el CNIO.

La piel está formada por distintas estructuras, entre ellas los folículos, que forman el pelo y se regeneran a lo largo de nuestra vida gracias a la presencia de células madre. Se conocen ya muchas de las propiedades regenerativas de estas células y uno de los mayores logros ha sido su multiplicación en cultivo para hacer trasplantes y generar de nuevo el pelo, según los investigadores.

Ahora, uno de los retos es promover su crecimiento sin necesidad de hacer esos trasplantes, sino modificando el ambiente que les rodea, como han hecho los científicos que firman este trabajo.

Así, lo que ha descubierto este equipo es una conexión entre el sistema de defensa del cuerpo y la regeneración de la piel.

En concreto, lo que han visto es que los macrófagos, unas células del sistema inmune que están en los tejidos y que son responsables, por ejemplo, de devorar posibles patógenos, son los responsables de activar el crecimiento de las células madre de la piel y que estas células permiten la regeneración del pelo.

Por lo tanto, han logrado regenerar el pelo en ratones modificando esos macrófagos.

Pero ¿cómo desempeñan los macrófagos este nuevo gran papel de regeneración de tejidos y pelo?

Los investigadores no investigaron porque sí la relación entre macrófagos y pelo. El trabajo parte de una observación de los autores mientras investigaban otro problema.

Los ratones con los que trabajaban entonces recibían un tratamiento con antiinflamatorios, que tuvo como inesperado efecto secundario la reactivación del crecimiento del pelo. Convencidos de que la explicación debía estar en el sistema inmune, el equipo dirigido por Mirna Pérez-Moreno empezó a experimentar con los distintos tipos de células responsables de la defensa del organismo hasta que dio con los macrófagos.

Donatello Castellana, investigador del equipo, constató que en una fase concreta del crecimiento normal del pelo, una parte de los macrófagos muere y es entonces cuando el pelo empieza a crecer de nuevo: la muerte de una parte de los macrófagos parece ser la señal que empuja al folículo piloso a entrar en la siguiente etapa del ciclo.

Aunque esto pudiera parecer contradictorio, no lo es: es como un dominó, recalcó Pérez-Moreno, quien detalló que el grupo de macrófagos que muere activa a los que están vivos y juntos crean una cascada que provoca la activación de las células madre de la piel.

Los macrófagos que quedan vivos secretan factores que activan las células madres de la piel, entre ellos la proteína Wnt.

La confirmación de que éstos son responsables de la producción de estas proteínas es otra novedad del estudio.

Para Pérez-Moreno se trata en general de resultados “prometedores” y un paso fundamental para experimentos en humanos.

En colaboración con científicos de las universidades de Manchester (Reino Unido) y de Münster (Alemania), se van a empezar a llevar a cabo análisis con muestras humanas de cuero cabelludo.

Las células madre de la piel regeneran el pelo pero también originan, cuando tienen fallos –cuando su activación es constante y descontrolada–, el cáncer de células escamosas, según Pérez-Moreno.

Descubrir que los macrófagos las activan puede ser relevante no solo de cara a eventuales terapias contra la pérdida del cabello, sino para la investigación oncológica. —EFE