MADRID. El poeta Fermín Herrero reivindicó la austeridad de sus versos leyendo un poema basado en la vida real, donde una mujer es cambiada por una burra, durante el acto de recogida del XXIV Premio Gil de Biedma.
Herrero (Ausejo de la Sierra, Soria, 1963) recibió 10,000 euros y una escultura del artista José María Pérez de Cossío, por su poemario “La gratitud”, que es una especie de celebración y de agradecimiento a la creación, al origen del mundo, “sin olvidar que todo es vanidad”, como ha reconocido.
Por una burra me vendieron, allá/ sobre el año cincuenta. Sólo le parecía/ mal a la maestrilla…” ha leído este autor, orgulloso de contar con este galardón, que rinde homenaje al poeta de la llamada generación de los cincuenta y que ha considerado como el galardón más importante que hay en España.
Autor de once libros de poesía, Herrero ofreció al público otro poema, en esta ocasión, una relectura del místico San Juan de la Cruz, y ha leído otro de Luis Borja, de El Salvador, premiado con el accésit de 3,000 euros, por su obra “El Disparo”, donde pone de manifiesto la situación que se vive en el país.
Patrocinado por la Diputación, en colaboración con Bankia, el coordinador del premio, el escritor Gonzalo Santonja, destacó que esta convocatoria fue especialmente disputada, con más de mil poemarios presentados, procedentes de más de treinta países.
Santonja subrayó que el galardón, en recuerdo al autor del “Diario del artista seriamente enfermo” o “Las personas del verbo”, de cuya muerte se cumplen veinticinco años en 2015, “abarca la inmensidad del español en el mundo y demuestra que Cataluña y Castilla son realidades conciliables y siempre han caminado juntas”.
Del ganador, Santonja explicó que es “un poeta singular, relacionado con la naturaleza, mide el tiempo de manera diferente a los demás, porque tiene otra forma de ver la realidad”.
Sobre la obra de Luis Borja, de 29 años, Santonja dijo que es estremecedora, por las condiciones que sufren algunas personas en El Salvador, dando a la poesía una función de denuncia y, a la vez, de consuelo. Borja confirmó la pervivencia del verso, agregó.
—EFE