Celular y videojuegos ya son nuevas adicciones

No se trata de fuerza de voluntad, vicios o mañas, la adicción es la pérdida total de control sobre una situación

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Mireya Amaya tendencias@eldiariodehoy.com

2014-11-19 12:00:00

Además de las ya conocidas adicciones al alcohol, la nicotina, la marihuana, la codeína y el crack, así como al sexo, a los juegos y a las compras, por mencionar algunas, existen hoy en día otras derivadas del uso de la tecnología.

De acuerdo con el terapeuta Hugo Herrera, director ejecutivo del Centro Terapéutico Equilibrium, con sede en Florida, estas tienen que ver con la manera en que se siente una persona cuando el teléfono celular no funciona, la red se cae o no hay internet en la casa.

“La persona se vuelve como un diablo en botella. Pero también pasa cuando los padres deciden que no se llevan aparatos electrónicos a la mesa. Es una desesperación, especialmente de los adolescentes porque se mantienen con el teléfono en la mano”, explica el especialista.

De igual manera pueden crear adicción al PlayStation, al Xbox o a los juegos de video en general. Es tal el efecto, que pueden pasar entre seis y ocho horas jugando y sin vigilancia alguna.

“Esos juegos pueden ser muy útiles al desarrollar en el niño la capacidad psicomotora, pero eso siempre y cuando se haga con supervisión. Yo no entiendo cómo los padres de familia permiten que los niños jueguen desde las 6:00 de la tarde hasta las 4:00 de la mañana. ¿Dónde están los padres, dónde está la disciplina?”, se pregunta Herrera.

En otros casos, por ejemplo, tampoco quieren ir a lugares como campamentos o lugares alejados porque lo primero que preguntan es si hay o no wi-fi. Si no hay se resisten a ir. Para estas personas, desconectarse de la tecnología es una tragedia hoy en día.

Según Herrera, para hablar de este tema lo primero es comenzar por definir lo que no es una adicción, dado que es un tema controversial.

“En primer lugar se cree que la adicción es una falta de fuerza de voluntad, que es un vicio o una maña. Pero no. La adicción es una enfermedad crónica, progresiva y fatal. Esto último sobre todo si no se busca ayuda profesional”, asegura.

El aspecto crónico es porque no tiene cura, ya que una vez se ha desarrollado la persona nunca dejará de ser adicta. Esto sin embargo no quiere decir que el resto de su vida va a tener que consumir, o usar drogas o alcohol, u otras sustancias. Simplemente hay dos opciones: ser adicto activo o en recuperación.

“Lo progresivo es porque todo empieza por la etapa de experimentación”, explica.

¿Cuándo se es adicto?

Se considera adicta a una persona que ya perdió el control de la situación, como en los casos de alcoholismo, y adopta un patrón que se vuelve repetitivo. Por ejemplo, comienza bebiendo cada quince días, luego cada semana y termina siendo a diario. “Es decir que se les fue de las manos”, afirma Herrera.

Otra forma de descubrir que existe una adicción, agrega, es que la persona, a pesar de tener consecuencias negativas, continúa con el mismo comportamiento o práctica.

Pero finalmente, “el problema no es la comida, ni la bebida o el juego, sino lo que lleva a eso. Hay que ir a la raíz. Sabemos que la adicción a las drogas, por ejemplo, no es el problema sino el síntoma de un conflicto que tenemos que encontrar”, asegura el experto.

Una vez identificado se puede atacar la raíz del problema. “En el tratamiento de las adicciones eso es lo que se hace. En Equilibrium el primer paso es una evaluación. Nos reunimos con el paciente y su familia y se le recomienda ya sea un programa ambulatorio o uno ambulatorio intensivo”, aclara.

Es importante destacar que muchos creen que a la persona adicta no se le puede obligar a tomar un tratamiento, pero de acuerdo con Herrera sí se puede.

“La familia espera que él tome la decisión, que reconozca que necesita ayuda, pero eso no va a pasar. Esas personas no tienen capacidad mental ni emocional de tomar decisiones, por tanto es crucial la intervención familiar. Si esto se hace a tiempo incluso se pueden salvar vidas”, enfatiza.

Dependiendo del caso y de la evaluación, las diferentes adicciones pueden tratarse con terapias de grupo, individuales, familiares, meditación, yoga, nutrición, conferencias, lecturas, por medio de programas ambulatorios de jornadas diarias, como se hace en Equilibrium. Vale aclarar que no se usan fármacos a menos que el paciente tenga una condición que los amerite.

“Completado el programa de tratamiento hay que darle mantenimiento por medio de grupos de apoyo como alcohólicos anónimos, narcóticos anónimos, jugadores, comedores, neuróticos o compradores anónimos. Hay grupos de apoyo para todas las adicciones”, explica el terapeuta.

También aclara que las recaídas, si ocurren, no son el fin del mundo ni significa que se perdió todo, más bien se puede aprender e identificar las áreas que necesitan refuerzo.

Hugo Herrera afirma que las adiciones se pueden prevenir educándonos y teniendo la mente abierta. A su juicio lo más importante en este punto son los valores y los principios. Si se tienen bases sólidas desde la niñez no es tan fácil caer.

“En la casa se deben establecer reglas como cero tolerancia al alcohol o las drogas u otras reglas como en el caso de la tecnología. Los padres deben poner disciplina”, dice.

Si tiene alguna consulta o duda, póngase en contacto con la clínica en www.centroterapeuticoequilibrium.com