Del 6 al 8 de octubre, en las instalaciones del hotel Real Intercontinental se desarrolló la XI Bienal de Arquitectura y Urbanismo 2014, organizada por el Colegio de Arquitectos de El Salvador (Cades), con el tema: “Buen diseño, Buen negocio”.
Se trató de un evento cultural y académico, cuyo objetivo fue premiar y presentar en El Salvador las obras y proyectos más significativos en los diferentes campos de la arquitectura. Otra de las apuestas fue posicionar la importancia de la arquitectura en el país, como industria y como generador de identidad e historia.
Para ello, los profesionales de la arquitectura del país fueron convocados a participar con obras y trabajos realizados a nivel nacional, construidos y terminados a nivel solo de diseño. También se incluyeron trabajos de investigación crítica, teórica y de divulgación.
Como resultado de la convocatoria, la bienal contó con más de 40 proyectos participantes.
El evento se desarrolló en jornadas matutinas y vespertinas, durante las cuales se impartieron conferencias magistrales a cargo de expertos nacionales e internacionales. Algunos temas tratados fueron: “Entre mitos, cuentos y leyendas de la arquitectura”, a cargo de la experta costarricense Kathy MacDonalds, y “Planeación estratégica dentro de la arquitectura”, impartida por el ingeniero José Alfonso Laínez.
Durante los tres días se desarrolló, además, una exposición en la que se pudo apreciar lo más novedoso en pisos, techos, las tendencias en pinturas para 2015, prefrabricados, iluminación, energía y proyectos de los desarrolladores inmobiliarios.
Una experiencia global
Una de las charlas magistrales estuvo a cargo de la diseñadora mexicana Rosemary Martínez, quien es embajadora del Consejo Iberoamericano de Diseñadores de Interiores.
La experta fue invitada por Sherwin Williams, para desarrollar el tema: “Global Experience. El arte de diseñar espacios estratégicos que seducen, transforman y venden”, con el que se persigue integrar todas las disciplinas del diseño.
De acuerdo con Martínez, “el diseño, hoy en día, se vive de una forma muy desarticulada, los arquitectos, por un lado, los interioristas por otro, los gráficos, los estrategas, los mercadólogos… Todos por diferentes partes y entonces hemos notado que los humanos no vivimos experiencias aisladas de los diseños y las cosas”.
La diseñadora explica que las personas vivimos experiencias en conjunto, como las cosas que tienen que ver con el espacio, los interiores, con los muebles, el color y la iluminación y la gráfica, por mencionar algunos. Entonces, aclara, las personas percibimos el todo como una experiencia global.
“Mi charla es sobre la metodología que explica cómo se tiene que integrar, finalmente, el diseño gráfico con el interiorismo, con el arte, la artesanía, la arquitectura, y como cada uno es parte de un todo”.
Y es que de acuerdo con Martínez, para conseguir un buen producto final tiene que haber una comunicación entre todos esos elementos.
“Pero a menudo no se hace porque cada quien trabaja de forma aislada, son despachos diferentes o hay celos entre uno y otro. Algunas veces, sí lo hacen los arquitectos interioristas, pero rara vez se juntan con comunicólogos y estrategas”, añade.
Pero al mismo tiempo, agrega, que cuando todo se junta a nivel de estrategia de diseño, los proyectos se vuelven muy interesantes y con una posibilidad de éxito mucho mayor.
Esta innovadora fórmula de trabajo ya se emplea en otros países , donde muchas veces se usa el diseño como si fuera un aglutinante de todos estos conceptos.
“En Estados Unidos lo llaman ‘Design Thinking’ y es el diseño de experiencias. Pero, hoy en día, lo que yo promuevo es todavía más allá, es una experiencia global de los sentidos, de los ojos, del tacto, del ánimo, de todo”, apunta.
Introspección
Con estas ponencias, según la diseñadora, lo que se pretende es que los profesionales salvadoreños se den cuenta de la capacidad que tienen para atreverse a hacer todavía más.
“He tenido oportunidad de ver parte del trabajo de los salvadoreños, pero siento que les hace falta creérsela, conocerse, empezar a vibrar en su propia esencia y no en esencias o conceptos prestados de otros países. Es como un momento de mirar para adentro y decir cómo somos, quiénes somos, qué somos y qué nos hace diferentes al resto del mundo y empezar a levantarse y cantar con esa voz”, expresa.
Para ella, este ejercicio de introspección deben realizarlo todos los profesionales de la arquitectura y todas las áreas relacionadas, ya que es una nueva forma de mirar de los creativos.
Por otro lado Rosemary Martínez dijo que la organización de este tipo de eventos es extraordinaria.
“Me encantaría decirle a los salvadoreños que se atrevan a buscar para adentro de la cultura y de ellos mismos como creativos y que se junten para que la voz creativa salvadoreña empiece a sonar a nivel mundial. Están todavía muy tímidos, como si fuera una cierta inseguridad de demostrar lo que son. Tienen que atreverse a plantear esquemas diferentes, sin miedo a equivocarse”, finalizó.