Arturo Menéndez: “La historia de Malacrianza es una historia real “

El cineasta salvadoreño estrena hoy en el AFI Silver Theatre, Washington, su primer largometraje

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elsalvador.com

Por Stanley Luna @Stanley_Luna

2014-10-03 7:00:00

Todo está listo esta noche en el AFI Silver Theatre, Washington, para el estreno de la película salvadoreña “Malacrianza”, escrita y dirigida por Arturo Menéndez, la cual ha generado grandes expectativas en el público nacional desde que el trailer comenzó a circular en las redes sociales.

El filme fue un trabajo de dos años y saldrá al mundo para contar la historia de Don Cleo (interpretado por el director y actor de teatro Salvador Solís), un hombre que se enfrenta a la realidad hiriente de El Salvador.

¿Cómo nace la idea y el nombre de la película?

—La historia de Malacrianza es una historia real. Una vez estábamos editando un video musical en Meridiano 89 y entró un personaje a la isla a contarnos a Carlos Figueroa y a mí, una historia de una extorsión que había sufrido. Al principio no le puse mucha atención, pero mientras la iba contando la fui viendo como una película. Al final de contarnos esto, el personaje nos dijo que si queríamos hacer algo con esa historia, que él nos la regalaba, pues él se iba del país a partir de todo el miedo que le generó esto. La historia me pareció increíble.

En el trailer puede verse que el protagonista está huyendo de alguien, ¿quién es ese alguien y qué repercusiones genera en su vida?

—El protagonista de Malacrianza, Don Cleo, huye de él mismo, de sus propios miedos. No puedo adelantar mucho, pero no huye de lo que todos intuyen que huye. Esto quizás es lo que más me gusta de esta película. Que no juzga, no señala. Siempre la vi como un espejo que le estoy poniendo a la sociedad…

¿Cuál fue el proceso de investigación para consolidar la información recopilada en los 72 minutos del filme?

—En cuanto a los personajes y en cuanto al guión, hubo varias etapas. Creo que lo primero fue encontrar a un personaje real que me inspiró a crear a Don Cleo. Un señor que vivió la guerra y sufrió una serie de accidentes que le dejaron problemas de lenguaje. Alguien a quien le tomé mucho cariño con el tiempo. A partir de él busqué un actor que podría ponerse en sus zapatos. Mucha de mi inspiración en ciertas escenas también viene de la calle, de vivencias que con los años se han venido acumulando. También me han inspirado mucho las historias de una sección de un periódico digital que justamente narra historias urbanas de pandillas y extorsiones.

¿Por qué está inmerso en esta producción el tema de la religión? ¿Es a través de un “milagro divino” que el protagonista resuelve su problema?

—Me llama la atención muchas veces la doble moral que como sociedad tenemos. A la iglesia va mucha gente a darse en el pecho y a llorar, pero han sido unos grandes irresponsables, han tenido o tienen una doble vida y creen que con ir a la iglesia ya pasó todo. Pues no, yo creo que por más que uno se dé golpes de pecho uno tarde o temprano termina pagando cualquier cosa que haya hecho. Para bien o para mal. A mi personaje, por ejemplo, la religión lo consuela, lo distancia de su pasado y lo hace sentirse intocable y por eso no entiende que le pasa todo lo que le pasa. La religión viene siendo ese refugio para no sentirse culpable del pasado.

¿ De cuánto fue el presupuesto destinado para la producción? ¿Hubo ayuda de personas, organizaciones, instituciones, etc.?

—Sí, te cuento con cuánto comenzamos a producir la película, creo que perdería la magia. Solo te puedo decir que cuando comenzamos a filmar solo había para comer y para transportarnos. Meridiano 89 puso el equipo y el apoyo en muchos sentidos, luego conté con el apoyo de Andre Guttfreund como un gran socio y colaborador del proyecto, la gente del crew, mi director de fotografía, Francisco Moreno; el director de arte, Ivo Barraza, en fin, todos se fueron sumando. Los actores también entraron al proyecto porque creyeron que se podía hacer algo interesante, Salvador Solís, por ejemplo, que fue prácticamente la película por sí solo. En fin, fue una película hecha con amor.

Ya cuando terminé el primer corte comenzó el interés de un par de instituciones como el Centro Cultural de España que nos dio un espacio y poder utilizar parte de su equipo para poder hacer el primer corte. Luego un par de empresas privadas me dieron un aporte para poder terminar ese proceso y con eso me pude venir a México. Ya en México, que venía solo por una semana, desde el primer día se sumó Ítaca Films. La productora de Alex García y Santiago García Galván, que ahorita mismo son considerados como la productora más grande de Latinoamérica. También, casi al mismo tiempo entró Sivela Pictures de Canadá que es dirigida por Alfonso Quijada y con quien se pudo terminar de financiar la película completa, pues pude pagarles finalmente a los actores y al crew .

¿En cuánto tiempo se produjo este trabajo cinematográfico?

—La producción duró cuatro meses y la pos un poco más de un año. En total he estado dos años en esto.

¿Qué escenarios salvadoreños están presentes en el filme? ¿Por qué se escogieron esos lugares y no otros?

—Filmamos en lugares muy urbanos, esta vez lo hice en Mejicanos, una colonia que me llama mucho la atención a nivel estético. Se siente bien barrio, es una colonia bien fuerte, donde se vivió la guerra y ahora existe el peligro de lo que pueda pasar. Me gustan mucho sus grafitis y los colores de las casas. Todo esto le da mucho carácter visual a la película, me gusta mucho como se ve en pantalla.

¿Qué es lo que diferencia a Malacrianza de otros trabajos de Arturo Menéndez?

—Obviamente que es mi primer largometraje y que me tocó trabajar con un actor como Salvador Solís, que es un maestro de actuación, de los más importantes de El Salvador y otros grandes actores como Rodrigo Calderón, Leandro Sánchez, Mercy Flores, Hernán Vides. Y también trabajé con personas que no son actores como Karla Valencia, con quien la experiencia fue muy buena, pues le tocó interpretar un coprotagónico y lo hizo muy bien.

¿Por qué se dice que esta es la primera película de ficción de El Salvador que se presenta al mundo, cuando anteriormente acá han existido otras producciones que encajan en este género?

—Lo que se quiso decir que es el primer largo de ficción que realmente ha salido de las fronteras del país, que ha recibido todo el apoyo de dos productoras internacionales grandes y que tiene a las puertas la salida a distribución internacional. No es, en ningún momento, para ofender ni para ignorar los logros de otros cineastas que han hecho obra en el país.

La película se estrena esta semana (hoy) en Estados Unidos, ¿cuáles son las expectativas al respecto?

—Aún no sabemos, esperamos que se muestre en el circuito de cine arte de películas extranjeras. Esto comienza ahorita, con el Latin American Film Festival del AFI (American Film Institute) que nos están dando el espaldarazo de salida. Ojalá que todo nos salga bien.