“Todos tenemos la capacidad de conseguir nuestros sueños”

El programa Supérate le ha permitido reforzar sus conocimientos de inglés, computación y valores, entre otros

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por Mireya Amaya tendencias@eldiariodehoy.com

2014-10-13 8:00:00

Entusiasta, alegre, dedicada y con muchos sueños por cumplir. Priscila Sierra es una alumna destacada del programa Supérate Poma, el cual le ha dado muchas oportunidades para su desarrollo académico y personal.

Es originaria de Santa Tecla, una ciudad marcada por los terremotos de 2001, un suceso que cambió su vida cuando tenía solo cuatro años, por lo que su familia se trasladó a Honduras, de donde era su padre.

“Allá viví en un lugar donde hay una gran competencia entre salvadoreños y hondureños, y cuando escuchaba el himno de El Salvador yo lloraba. Veníamos en vacaciones, pero jamás era lo mismo. Entonces crecí en un lugar donde pude valorar en verdad a mí país, porque estaba lejos”, dice esta jovencita que está próxima a la mayoría de edad.

Diez años permaneció la familia Sierra en aquellas tierras, pero un incidente fatal propició su regreso. “Mi papá falleció hace cuatro años. Así que nosotras vinimos con mi mamá de vacaciones, pero cuando quisimos volver a Honduras, no nos dejaron salir porque no estaba mi papá. Fue cosa de, ni modo ¿qué le vamos a hacer?”, recuerda Priscila.

Ya que debían quedarse en El Salvador, lo primero que hicieron fue buscar un centro escolar donde seguir estudiando, lo cual no fue sencillo, dado que por el viaje no traían la documentación apropiada.

“Fue un cambio total, porque tuvimos que dejar Honduras luego de algo tan duro como la muerte de mi papá. Nos instalamos aquí y tuvimos que comenzar desde cero”, relata Priscila.

Para entonces tenía 14 años y comenzó el octavo grado en la Escuela Margarita Durán, donde una tía suya era maestra. Luego su mamá viajó a Honduras a conseguir los documentos para la escuela. Poco a poco, ella y sus hermanas se acoplaron a la nueva vida en tierras salvadoreñas.

Supérate: la oportunidad

Con el tiempo, por coincidencia o más bien por equivocación, como dice Priscila, llegó a Supérate. Ella buscaba a una persona, pero se equivocó y habló con otra que al final resultó ser el director.

Su ingreso al programa, sin embargo, no fue fácil. “Yo ya había escuchado de Supérate y quería formar parte, así que envié mis documentos pero hubo un problema. No sabemos en realidad qué fue lo que pasó. Después ya habían iniciado las clases, por lo que no podía optar a la beca. Estaba todo perdido”, expresa.

Pero nunca se dio por vencida, así que habló con el director y le preguntó qué podía hacer para entrar. Pero la respuesta de este fue que los cupos estaban llenos.

“Pero yo seguí hablando con él y ahora me cuenta que le llegó la inquietud de querer saber de mí. Así que me buscaron y llegué a Supérate, un centro donde se potencializan las áreas de inglés, computación y valores, que son las competencias más demandadas en el país”, explica la joven.

Otro de los objetivos del programa es que los jóvenes se conviertan en líderes de su comunidad y puedan salir con un trabajo o estudiando, y que no dejen de prepararse.

Formar parte de ese proyecto le ha permitido a Priscila expandir sus horizontes mediante la participación en actividades como Digigirlz, entre cuyos patrocinadores figura Microsoft. El objetivo es motivar a las niñas para eliminar el tabú de que solo los niños pueden estudiar profesiones relacionadas con la tecnología o matemáticas.

Cuando pequeña quería ser doctora, pero ahora desea ser abogada. Además, piensa seguir con el tema de la tecnología, pues le gusta y desea llevarla de la mano. “No voy a olvidarme de ella. Siento que debe de haber un equilibrio entre ambas, al menos en mi vida. Así que luego quiero estudiar sobre redes o programación”, aclara.

Embajadora juvenil

Recientemente, gracias a un programa auspiciado por la Embajada de los Estados Unidos de América, Priscila viajó al país norteamericano en calidad de joven embajadora, representando a El Salvador, junto con otros seis jóvenes.

“En ese viaje comprobé que como recurso somos muy importantes en la comunidad. Yo me veía así, pero quizá no había visto el grado de impacto que tengo sobre mi comunidad”, asegura.

Todas esas oportunidades han hecho que la joven proyecte sus aspiraciones a gran escala. “Mi sueño es salir de país y prepararme, pero quiero regresar porque sé que la nación necesita personas jóvenes, niñas y mujeres que se preparen y que luchen para que su comunidad salga adelante, porque todos los jóvenes tengamos acceso a educación, porque se haga escuchar la voz de los jóvenes en El Salvador. Y quiero ser parte de ese ‘boom’, quiero que se diga que en El Salvador está pasando esto, que las niñas se están moviendo”.

Priscila quiere estudiar primero Ciencias Jurídicas, porque le interesa conocer las leyes que rigen El Salvador. Ahora está en el proceso de selección de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), donde se examinó para una beca.

“Estoy pensando a futuro. Después, fuera del país me gustaría estudiar una maestría en Georgetown University, en EE. UU., y simultáneamente cursar Ciencias Políticas. Fue uno de los lugares que me impactó cuando fui. Entonces me dije: ‘Algún día voy a estar en este lugar’ (… ) Y yo sé que voy a estar ahí”, dice convencida.

La lucha de Priscila, que está por graduarse del Complejo Educativo Walter A. Soundy, no ha sido fácil y confiesa que su mayor inspiración es su madre, quien trabaja limpiando casas. “Honestamente nos ha costado salir adelante, pero Dios siempre pone personas en nuestro camino y hasta ahora estoy más que agradecida, porque he visto que en cada aspecto mínimo de mi vida, en cada detalle, Dios ha estado allí. Supérate es un gran ejemplo. Hasta ahora he logrado mucho y sé que todos tenemos la capacidad de conseguir nuestros sueños”, finaliza Priscila.