Nobel de Medicina para los padres del GPS cerebral

Los ganadores son el estadounidense John O'Keefe y el matrimonio noruego May-Britt y Edvard I. Moser Xxx externos como la

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elsalvador.com

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2014-10-06 8:00:00

El científico estadounidense John O’Keefe y los noruegos May-Britt Moser y Edvard I. Moser fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento de “las células que constituyen el sistema de posicionamiento del cerebro”, anunció ayer el Instituto Karolinska de Estocolmo.

Según informó el comité los premiados han descubierto el “GPS interno” del cerebro que posibilita la orientación en el espacio.

En 1971, subrayó el Instituto, O’Keefe descubrió los primeros componentes de ese sistema de posicionamiento interno.

Constató que un tipo de células nerviosas en el hipocampo siempre se activaban cuando una rata se encontraba en un lugar determinado de una habitación y que otras células se activaban cuando el animal estaba en otro punto.

Más de tres décadas después, en 2005, May-Britt y Edvard I. Moser descubrieron “otro componente clave” de ese sistema de posicionamiento del cerebro, al identificar otras células nerviosas que generaban un sistema coordinado y permitían de forma precisa situarse en el espacio.

Según el Instituto, “los tres han resuelto un problema que ha ocupado a filósofos y científicos durante siglos: cómo el cerebro crea un mapa del espacio que nos rodea y puede dirigir nuestro camino a través de un entorno complejo”.

O’Keefe, nacido en 1939 en Nueva York, es doctor de Psicología fisiológica por la Universidad McGill de Canadá en 1967.

Actualmente es director del Centro Wellcome Sainsbury de Circuitos Neuronales y Comportamiento en el University College de Londres.

May-Britt Moser nació en 1963 en Fosnavåg, Noruega, y estudió psicología en la Universidad de Oslo junto a su futuro marido y también premiado, Edvard Moser.

En 2000 fue nombrada catedrática de neurociencia y actualmente es directora del Centro de computación neuronal en la Universidad noruega de Ciencia y Tecnología de Trondheim.

Su marido nació en 1962 en ??lesund, Noruega, y es doctorado en Neurofisiología por la Universidad de Oslo. Ahora es director del Instituto Kavli de Sistemas de Neurociencia de Trondheim.

El Instituto Karolinska de Estocolmo dividió hoy el premio en dos partes: la primera para el estadounidense y la segunda para los dos noruegos.

Los galardonados compartirán un premio de 8 millones de coronas suecas (879,000 euros, 1.1 millones de dólares).

Reconocimientos

Ante la noticia del galardón, la plana mayor del University College de Londres (UCL) se unió en sus elogios al británicoestadounidense John O’Keefe, investigador en el centro, después de que haya ganado el Premio Nobel de Medicina.

El presidente y rector de UCL, Michael Arthur, declaró que O’Keefe es “uno de los más destacados neurociéntificos” de la universidad londinense y se mostró “encantado” de que se haya reconocido su trabajo “sobre cómo el hipocampo en el cerebro almacena información espacial”, permitiendo a los humanos “orientarse en un mundo complejo”.

El vicerrector, David Price, dijo que “la comunidad de UCL está encantada de que el trabajo pionero del profesor O’Keefe haya sido merecidamente reconocido” y recordó que “es el 29 Premio Nobel” de este centro universitario.

El decano de la facultad de Ciencias de la Vida, Geraint Rees, afirmó que el galardonado “es un neurocientífico inspirador cuyos descubrimientos sobre cómo el espacio se codifica en el hipocampo han cambiado fundamentalmente nuestra idea de cómo funciona el cerebro”.

Por su parte, el noruego Edvard I. Moser recibió en Alemania con agradecimiento y sorpresa la concesión del galardón.

“Estoy muy agradecido. Es un gran momento”, declaró en rueda de prensa en el Instituto Max Planck de Neurobiología en la ciudad alemana de Martinsried, cerca de Múnich, donde tiene previsto realizar una investigación durante las próximas tres semanas.

Moser reconoció que no se lo esperaba y que cuando bajó del avión “ni siquiera sabía que ayer se anunciaba el Premio Nobel” de Medicina.

A la pregunta de cómo continuar motivado para seguir investigando después de obtener este galardón, indicó: “Si la única motivación es la de ganar el Premio Nobel, entonces probablemente no se gane”.

“Estoy convencido de que nuestro trabajo es importante, pero hay tantos trabajos tan importantes”, agregó el científico quien es además director del Instituto Kavli de Sistemas de Neurociencia de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim.

Previamente, el neurobiólogo Tobias Bonhoeffer había explicado en declaraciones a la agencia dpa que su colega se había visto sorprendido por la noticia en el aeropuerto de Múnich, después de que la aerolínea Lufthansa le obsequiara con un ramo de flores.

“Hablé por teléfono con él cuando estaba esperando su maleta. Todavía no sabía nada. Lufthansa lo recibió con un ramo de flores y me preguntó: ‘Tobias, ¿qué es esto? No entiendo nada'”, puntualizó.

Acto seguido miró su teléfono móvil y vio que había recibido una llamada del presidente del comité de los Nobel, agregó.

“Entonces se lo imaginó. Pero por supuesto todavía no lo sabía con toda seguridad”, explicó. Bonhoeffer es director del departamento de sinapsis, circuitos y plasticidad del Instituto Max Planck de Neurobiología en Martinsried. —EFE